Estudio sobre El Sermón del Monte

¿A quién está destinado el Sermón del Monte? ¿A quién se aplica? ¿Cuál es en realidad el propósito de este Sermón; qué importancia tiene? El Sermón del Monte no es sino un desarrollo acabado, grandioso, y perfecto de lo que nuestro Señor llamó su ‘nuevo mandamiento’. Este nuevo mandamiento fue que nos amáramos unos a otros como él nos ama. El Sermón del Monte no es otra cosa sino un desarrollo de esto. Si somos de Cristo, y nuestro Señor nos ha mandado esto, que nos amemos unos a otros, aquí se nos muestra cómo hacerlo.

Si uno quiere tener poder en la vida y recibir bendición, vayamos directamente al Sermón del Monte. Vivámoslo y practiquémoslo con entrega total, y con ello llegarán las bienaventuranzas prometidas. ‘Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.’ Si uno desea ser saciado, no busquemos bendiciones místicas; no vayamos a reuniones con la esperanza de conseguirlo, debemos vivir la palabra para alcanzarlo. Examine el Sermón del Monte con sus implicaciones y exigencias, considere su necesidad absoluta, y lo alcanzará. Es el camino directo a la bienaventuranza. Pretendemos creer que el Hijo de Dios ha venido al mundo y que nos ha enviado a su propio Espíritu Santo, a su propio poder absoluto que permanecerá en los hombres para hacerlos vivir una vida como la suya. Vino, digo, vivió, murió, resucitó y envió al Espíritu Santo para que ustedes y yo pudiéramos vivir el Sermón del Monte.
No piensen que no tiene nada que ver con ustedes. ¡Porque sí tiene muchísimo que ver con nosotros! Si todos nosotros viviéramos el Sermón del Monte, los hombres sabrían que el evangelio cristiano posee dinamismo; sabrían que es algo vivo; no andarían buscando en otras partes. Dirían, ‘Aquí está.’ Si leen la historia de la Iglesia verán que los verdaderos avivamientos han llegado siempre cuando los cristianos han tomado en serio este Sermón del Monte y se han enfrentado a sí mismos a la luz del mismo. Cuando el mundo ve al hombre verdaderamente cristiano, no sólo se siente condenado, sino también atraído, arrastrado. Por tanto, estudiemos con cuidado este Sermón que quiere mostrarnos lo que deberíamos ser. Examinémoslo para que podamos ver lo que podemos ser. Porque no sólo presenta lo que nos exige; señala dónde está la fuente de poder. Dios nos dé la gracia para examinar el Sermón del Monte con seriedad y sinceridad y en oración hasta que nos convirtamos en ejemplos vivos del mismo y de su gloriosa enseñanza.
Primera parte


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