Éxodo Capítulo 08



Bendiciones hermanos.



Continuamos con la lectura del libro de Éxodo, hoy con el capítulo 8 que trata tres temas como, la plaga de ranas, la plaga de piojos y la plaga de moscas.



Padre nuestro, gracias hoy te damos por este nuevo día en el que podemos comenzar la lectura diaria alabándote y adorándote, te pedimos que nos guíes para que podamos adquirir el mayor conocimiento posible, para que lo podamos utilizar para la edificación de tu obra, te pedimos por este foro y guárdanos de todo mal, te lo pedimos en el nombre de Jesús amen.

Éxodo

Capítulo 08

La plaga de ranas

8:1 Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.


8:2 Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios.


8:3 Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas.


8:4 Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos.


8:5 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto.


8:6 Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.


8:7 Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.


8:8 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová.


8:9 Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río.


8:10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios.


8:11 Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río.


8:12 Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón.


8:13 E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos.


8:14 Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra.


8:15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

La plaga de piojos

8:16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto.


8:17 Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.


8:18 Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias.


8:19 Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.


8:20 Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.


8:21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén.


8:22 Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra.


8:23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.


8:24 Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.


8:25 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra.


8:26 Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían?


8:27 Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá.

La plaga de moscas

8:28 Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí.


8:29 Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová.


8:30 Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová.


8:31 Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una.


8:32 Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.

Notas:

Éxodo 8:2 Ranas: Cf. Ap 16.13.

Éxodo 8:8 El poder de las » señales » divinas vence por un instante el poder del faraón y lo obliga a reconocer al Dios de Israel como el verdadero Dios, confesándose culpable y suplicando a Moisés que interceda por él. (Cf. Ex 9.27-28; 10.16-17; 12.31-32.) Pero se trata de un cambio pasajero. Véanse 10.16-17. 11.1-10 n.; y cf. 14.5.

Éxodo 8:19 Es el dedo de Dios: Véase Lc 11.20.

Éxodo 8:21 Moscas: No está claro a qué insectos se refiere el texto. Probablemente se trata de un término general para designar una terrible invasión de toda clase de insectos.

Éxodo 8:23 Pondré redención: heb. realizaré una liberación: Cf. v. 22; Ex 9.4; 11.7.

Éxodo 8:26 Abominación para los egipcios: Estos, en efecto, consideraban que ciertos animales como el carnero, el chivo o el toro eran sagrados; por lo tanto, ofrecer esos animales como víctimas de los sacrificios sería visto como una


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