“Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra”
Hebreos 11:13
Este grupo de hombres y mujeres del antiguo pacto, nos deja un extraordinario ejemplo. Ellos sabían del redentor y de la salvación eterna, pero no conocieron la imagen misma de las cosas. Solo vieron sombras, símbolos y emblemas que hablaban del Mesías. No obstante, se consideraban extranjeros y peregrinos en la tierra.
Un hecho muy sintomático, lo reflejaba la construcción del tabernáculo. Toda esa casa de oro, tenía un sorprendente contraste; el piso era solamente la tierra del desierto. Y no podía ser de otra forma; era una tienda portátil que debía continuar su marcha junto a un pueblo peregrino deseoso de llegar a aquella tierra prometida.
Cuanto mas nosotros, que hemos recibido la revelación del antiguo pacto y vemos el testimonio vivo en las Escrituras de la imagen misma de las cosas. Es nuestro Señor Jesucristo; nuestro Redentor que vendrá pronto a terminar nuestro peregrinaje para ya no ser más extranjeros, sino que para poseer nuestra anhelada patria celestial.
Lamentablemente es un tiempo en que , de una u otra manera, la iglesia ha ido perdiendo aquel carácter peregrino. Hay un fuerte sentir de apego a esta tierra, de echar raíces y de formar imperios y fortalezas. Es como que hemos olvidado que nuestro Cristo vendrá pronto en las nubes a buscarnos, tanto así, que los mensajes de la venida de Cristo, se han extinguido en forma increíble.
El peregrinaje nos va desgastando y a veces flaquean nuestras fuerza y esperanza. No en vano el autor de Hebreos nos dice, “No perdáis, pues vuestra confianza, que tiene grande galardón” Hebreos 10:35
Amados hermanos, meditemos en el inicio de este nuevo año, acerca del carácter peregrino que debemos tener, porque la iglesia es extranjera y está en una caminata rumbo a aquella patria celestial.
Reivindiquemos aquel hermoso título que nos haya asignado el apóstol Pedro cuando decía: “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos…” 1 Pedro 2:11
Que la gracia de Dios nos de la fuerza para continuar el peregrinaje que, esperemos, culmine este nuevo año.
SOLO POR GRACIA
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