¡Feliz Año 2013!

Cristo viene

Al comenzar un nuevo año tenemos muchas gracias que dar a nuestro Señor. Aunque las circunstancias en que nos encontremos puede que sean difíciles, los hijos de Dios, los que lo conocemos personalmente y seguimos sus mandamientos sabemos que podemos confiar en nuestro Padre celestial. Hay muchas cosas que no vamos a entender enseguida, como el por qué Dios ha permitido que nos sucedan ciertas cosas dolorosas, pero nunca voy a olvidar un ejemplo que oí hace años de un líder muy conocido, el Dr. James Dobson, comentando sobre esto.

Él comparó nuestros sufrimientos con el caso de un padre que tuvo que llevar a su hijito pequeño al doctor. El niño tenía una infección de oídos que le estaba produciendo un dolor inaguantable. El doctor le dijo al papá que iba a tener que punzar el interior del oído para que saliera la infección. Esto le iba a doler mucho al pequeño pero le iba a curar. El doctor le pidió al papa que sujetara bien al niño porque necesitaba su ayuda. Cuando el doctor empezó a punzar el oído del niño, éste comenzó a revolverse y a gritar de dolor. Miraba a su papá que le sujetaba y no podía entender como su papá que tanto lo amaba estaba ayudando a ese hombre a hacerle daño, y en ese momento odió a su papá. El niñito no sabía que era necesario por su bien que el papá permitiera ese dolor.

Igual que un niño ignorante de los caminos de Dios, nosotros los adultos muchas veces juzgamos a Dios neciamente porque no conocemos por qué Dios permite nuestro sufrimiento. En vez de reconocer que somos ignorantes y que Dios es sabio y justo, nos creemos en el derecho de conocer todas las cosas que no estamos capacitados para entender.

“Porque mis caminos no son vuestros caminos, ni mis pensamientos, vuestros pensamientos. Como son mas altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9).

Sabemos que Dios nos ama, lo ha demostrado muchas veces. También sabemos que nosotros podemos ser necios y andar según nos parece ignorando las leyes de Dios. Mucho de lo que nos pasa son consecuencias de nuestras acciones pero no queremos aceptarlo ni reconocerlo porque somos orgullosos y estamos ciegos a nuestros propios pecados. Dios sabe lo que hace y lo mejor que podemos hacer es aceptarlo por Fe y confiar en Él sometiéndonos a Su voluntad para nuestra vida. Los sufrimientos nos ayudan a cambiar muchas cosas que son necesarias. Esto lo vamos a ir entendiendo a medida que pasen los años, no ahora. Nosotros somos como los niños ignorantes, necesitamos crecer espiritualmente para poder entender.

Dios lo bendiga en este nuevo año y le dé discernimiento para confiar siempre en nuestro Padre celestial.

Ref. Santa Biblia, vs. Reina Valera


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