FILIPENSES ESTUDIO 11. BONDAD

BONDAD

FILIPENSES 4:1-5

Por eso, mis queridos hermanos, a quienes tanto deseo ver; ustedes, amados míos, que son mi alegría y mi premio, sigan así, firmes en el Señor.
Ruego a Evodia, y también a Síntique, que se pongan de acuerdo como hermanas en el Señor. Y a ti, mi fiel compañero de trabajo, te pido que ayudes a estas hermanas, pues ellas lucharon a mi lado en el anuncio del evangelio, junto con Clemente y los otros que trabajaron conmigo. Sus nombres ya están escritos en el libro de la vida.
Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor está cerca.


Este pasaje es bien conocido, sobre todo, por la exhortación de Pablo a gozarnos una y otra vez. Pero al leerlo mi atención no se ha fijado principalmente en esas palabras, más bien en aquellas en que afirma que seamos conocidos como gente de bien.

Cuando pienso en gente de bien automáticamente viene a mi mente Teresa de Calcuta, esta seguidora de Jesús que murió hace muy pocos años. Para mí, al menos personalmente, es un ejemplo de hacer y practicar el bien, de ser un agente llevando restauración a un mundo tan roto, alguien conocida, reconocida y valorada por su bondad.

Me gustaría ser conocido por los demás como alguien que es bondadoso. No me refiero a un «bonachón», no estoy hablando únicamente de alguien afable y cálido en el trato con los demás, eso también, por supuesto, pero me gustaría ser conocido como alguien que de forma apasionada, intencional indiscriminada practica el bien con todos aquellos que están en su entorno. Es la exhortación de Pablo, es un reto para mi vida.


UN PRINCIPIO
SER CONOCIDOS COMO GENTE QUE PRACTICA EL BIEN

UNA PREGUNTA
¿CÓMO ERES CONOCIDO TÚ?

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.