Pues todo lo bueno se termina. Y así pasó, rápidamente, mi fin de semana en el que he tenido reuniones con los jóvenes y esta mañana en la reunión unida de Siloé y Prosperidad. Aun se ve poco, pero ya se van viendo algunas uniones de iglesias, y eso siempre es un motivo de alegría.
Atrás quedan reencuentros con viejos amigos, siempre con poco tiempo de charlar, pero muy feliz de encontrarme con ellos.
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