¿Acaso hay algo imposible para el Señor?
Hay muchas cosas que son imposibles para mí. Hay muchas cosas que deseo para mi familia, mis amigos, mis conocidos pero que, desafortunadamente, son imposibles para mí. Cosas que son buenas, deseables, que les harían bien, que incluso podrían darle gloria al Señor, sin embargo, están fuera de mi alcance, son imposibles para mí.
Pero nada es imposible para Dios. Todo aquello que no está a mi alcance lo está al suyo. Nada de lo que yo pueda pensar es inalcanzable para Él. El Señor puede llevar a cabo incluso cosas que yo no tengo la capacidad de pensar, ver, visualizar, ni siquiera soñar.
Ahora bien, yo me doy cuenta que debo vivir con la dualidad de que sé que todo es posible para el Señor pero, a la vez, no sé qué cosas desea llevar a cabo y cuáles no, dicho de otro modo, cuál se su voluntad en un momento determinado pues aunque Él pueda hacerlo no significa que lo vaya a hacer.
Y si no lo hace, es normal que me pregunte el porqué no lo lleva a cabo. Qué hay en su mente y en sus propósitos que le frenan de llevar a cabo algo que está a su alcance.
Pienso que como seguidor de Jesús tendré que vivir con esta doble realidad, saber que mi Dios puede hacer todo y que nada es imposible para Él y, al mismo tiempo, entender que en su soberanía sabe lo que es mejor y no siempre hará aquello que puede hacer ni yo entenderé el porqué no hace y lleva a cabo aquello que está a su alcance y, por tanto, tendré que vivir con una actitud de confianza.
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