GÉNESIS PARTE V/EL CICLO DE JOSÉ/CAPÍTULO 39

Cuando el marido oyó de labios de su mujer cómo la había tratado su siervo, montó en cólera; acto seguido mandó apresar a José y lo metió en la cárcel, donde estaban recluidos los presos del rey. De este modo José fue a parar a la cárcel.

Una lectura de conjunto de la Biblia -no únicamente de textos escogidos y promesas subrayadas- nos muestra que muchos de los personajes de la Biblia sufrieron y sufrieron mucho. Algunos de ellos como consecuencia de sus propias decisiones, acciones u omisiones. Sin embargo, muchos otros, no por ser malos, antes al contrario, por su deseo de seguir al Señor y practicar el bien. El caso de José lo demuestra claramente ya que fue su deseo de honrar a Dios y a su amor terrenal lo que llevó a parar con sus huesos en la cárcel.

En contra de muchas teologías que prometen lo que no pueden prometer y que no están en línea con aquello que la Escritura muestra, nos encontramos con la afirmación de Jesús de que en el mundo tendréis aflicción. El apóstol Pablo afirmó que, todo aquel que quiera vivir de forma piadosa sufrirá persecución. Pedro, el también apóstol, indico que si sufrimos por hacer el bien imitamos a Jesús que padeció por ello. Las citas y ejemplos son incontables.

Además, son numerosos nuestros hermanos a lo largo y ancho del mundo que están sufriendo persecución, prisión y hasta muerte por su decisión de seguir al Señor y que nuestro Padre no los libra de ello. Creo, en definitiva, que la decisión de seguir a Jesús debe de hacer con la plena conciencia de que se tendrán que pagar precios, enfrentar dificultades, sufrir en definitiva por hacer el bien.

Quien no entienda esto se engaña y puede ver sus falsas expectativas frustradas y su fe en Dios tambalearse.

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