GÉNESIS PARTE V/EL CICLO DE JOSÉ/CAPÍTULO 48

Entonces bendijo a José con estas palabras: «El Dios de mi abuelo Abraham y de mi padre Isaac, me ha guiado toda mi vida. También ha enviado a su ángel para librarme de muchos peligros. Yo le pido que bendiga a estos dos muchachos. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre, el nombre de mi abuelo Abraham y el de mi padre Isaac. ¡Que tengan muchos hijos!» (Génesis 48:15, 16 TLAD)


Estas son las palabras de bendición que Jacob pronunció sobre su hijo José cuando estaba a punto de fallecer. Posteriormente bendijo a sus hijos Efrain y Manases.
Para mi, aunque repetitiva, la enseñanza del pasaje es simple, vivir una vida caracterizada por bendecir a otros, con nuestras palabras, nuestros gestos, nuestras actitudes, nuestras motivaciones, nuestras acciones e incluso nuestras omisiones -el amor, dice la Escritura, cubrirá multitud de pecados-.
Hacer del bendecir a otros una medida para evaluar mi vida cada día al terminar, pensar si he sido o no de bendición y qué debo rectificar y cambiar de cara al próximo día.

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