Guarda silencio ante el Señor, y Espera en él con Paciencia

Orar es buscar a Dios que nos busca primero porque Dios nos desea y nosotros le deseamos ya que estamos hechos para vivir con Él eternamente. Pero la oración es un don de Dios porque nosotros no sabemos orar como conviene; es el Espíritu de Dios quien ora en nosotros.

Cada persona orante puede hacer su propia definición de la oración, según su propia experiencia.

Los hombres de Oración en las sagradas Escrituras

ABRAHAM, vivía en un país que tenía sus dioses pero un día debió tener una experiencia fuerte de la Trascendencia; sintió la llamada de Dios a dejar su tierra y salió “sin saber a dónde iba”.

Dios hizo con él una alianza y le dijo:

“Anda en mi presencia con rectitud y yo te multiplicaré inmensamente

Tuvo la visita de Dios en la encina de Mambré en forma de tres personajes a quienes obsequió con una buena comida; El Señor entonces le dijo que tendría un hijo y Abraham a pesar de su vejez se lo creyó. (Gen 18)

También oró al Señor intercediendo por Sodoma y Gomorra. Abraham es el hombre de fe y de oración que camina en la presencia del Señor.

JACOB, hijo de Isaac y nieto de Abraham estuvo luchando con un ángel toda una noche hasta que Dios le cambió el nombre bendiciéndole y lo llamó Israel. Es otro relato simbólico. A veces la oración y nuestra vida es una lucha entre nuestra voluntad y la de Dios.

La oración aparece así como lugar para acoger la bendición de Dios y bendecirle, lugar para dejarse troquelar y dislocar, zarandear y estremecer por su desconcertante presencia. Frecuentemente será la noche su territorio favorito y descubrirás un Betel y un Peniel donde menos piensas si mantienes la atención en la noche y no huyes acobardado cuando Dios empieza a labrarte para la amistad. En todo caso, ora, mantén la mirada en Él y confía, no claudiques, que aquel que te hirió, no se tardará y te sanará.

MOISÉS, hablaba con Dios como un hombre habla con su amigo (Ex 33,11) En la montaña escucha a Dios, le ruega por su pueblo y recibe los mandamientos porque es un mediador entre

Dios y el pueblo. En una ocasión se atreve a decir al Señor:

Déjame ver tu gloria” pero el Señor le respondió:-“Yo haré pasar delante de ti todo mi esplendor pero mi rostro no lo podrás ver porque quien lo ve no sigue vivo. Me podrás ver de espaldas pero no de frente” (Ex 22,18-23) Un relato lleno de simbolismo.

DAVID, En un arrebato de amor por su Dios se puso a bailar delante del Arca de la Alianza en honor de Yahvé y después de su pecado se arrepintió e inspirado por el Espíritu Santo, compuso el salmo 51 y otros más. Su oración es adhesión fiel a la voluntad divina y confianza gozosa en aquel que es el único Rey y Señor.

¿Cuándo oró Jesús?….. Se puede decir que Jesús vivía continuamente en la Presencia de Dios su Padre, o sea que su oración era continúa.

Pero los evangelios resaltan unos momentos decisivos de su vida y misión:

En su bautismo (Lc 3,21)

En el monte de la Transfiguración (Lc 9,28)

En la última cena (Lc 22,41-44)

Antes de elegir a sus discípulos (Lc 6,12)

En el huerto de Getsemaní la noche en que le (Mr 14:32)

Y esta lista continua con los apóstoles y siervos del Señor….. Y nosotros en este tiempo…..?

Lo que hacemos en la oración cuando es sincera y sale de dentro, de lo más profundo de nuestro ser, es…derramar nuestro corazón en el Señor, y abrirlo a su amor.

Nos dejamos desnudar el alma ante Él para que nos cubra con su misericordia. Nos dejamos vaciar de nosotros mismos para que Él nos llene.

Habrá momentos en que necesitamos hablar mucho y desahogarnos. ¡Hablemos pues! contémosle nuestras penas, nuestras alegrías:

Señor…hoy estoy que no soporto mas…”

O bien: “Señor, ¡qué contento estoy con esta visita!” etc. etc.

En otros momentos lo que necesitamos es un poco de silencio para serenar y sosegar nuestro espíritu, asumir un dolor, una contrariedad. En el silencio callan las palabras y hasta los pensamientos para dejar hablar al corazón y tomar conciencia de que estamos con Dios.

Este silencio a veces es muy difícil de hacer pero cuando se trata de Dios es muy importante. Es un silencio de la mente para escuchar mejor al Señor porque si nuestro interior está lleno de muchas cosas- como una habitación llena de trastos.

¿Cómo va el Señor a sentirse confortable en nuestro corazón?

¿Cuándo va a poder hablarnos de lo suyo?

Tiene que haber un tiempo para los dos: Primero le hablo de lo mío y después me callo para que Él me hable. PERO…¿Cómo habla Dios? Ahí está el problema…que no sabemos cómo nos habla ni qué nos dice…porque su lenguaje no es el nuestro.

Pero para oírle tenemos que tener un corazón y una mirada limpia. Si nuestro corazón no es recto no podemos discernir su voz. Tenemos que purificarlo por el arrepentimiento y los buenos deseos.

Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia…. (Sal 37:7)

Dios promete grandes bendiciones a su pueblo, pero muchas de estas requieren nuestra participación activa.

Bendiciones…..


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