HEBREOS ESTUDIO 11. LA SUPERIORIDAD DEL SACERDOCIO DE JESÚS 3

APRENDER A OBEDECER

HEBREOS 5:4-10

Y nadie puede llegar a ser sumo sacerdote sólo porque desee tener ese honor. Tiene que ser llamado por Dios para ese trabajo, como sucedió con Aarón. Por eso, Cristo no se honró a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino que fue elegido por Dios, quien le dijo:
«Tú eres mi Hijo.

    Hoy he llegado a ser tu padre»[a].

Y en otro pasaje Dios le dijo:
«Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec»[b].
Mientras estuvo aquí en la tierra, Jesús ofreció oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía rescatarlo de la muerte. Y Dios oyó sus oraciones por la gran reverencia que Jesús le tenía.Aunque era Hijo de Dios, Jesús aprendió obediencia por las cosas que sufrió. De ese modo, Dios lo hizo apto para ser el Sumo Sacerdote perfecto, y Jesús llegó a ser la fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen. 10 Y Dios lo designó Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec.


Lo que me impresiona de este sencillo pasaje es lo que dice acerca de Jesús aprendiendo obediencia. De nuevo, según mi humilde opinión, se hace énfasis en la humanidad del Hijo de Dios. En tanto que humano tuvo, como cualquiera de nosotros, que aprender a obedecer y ese aprendizaje le resultó, según dice el autor de esta carta, doloroso. Precisamente, ese aprendizaje, esa capacidad de aprender a obedecer que se plasma de la manera más clara en su muerte en la cruz, es lo que le ha convertido en fuente de salvación eterna para todos nosotros.
Me hace pensar en mi propia experiencia como seguidor de Jesús y la importancia que tiene la obediencia. También me hace pensar que no hay seguimiento sin obediencia y que el aprendizaje de esta no es fácil, antes al contrario, a menudo no hay obediencia sin dolor ya que para obedecer hay que cambiar, ceder, renunciar, despojarse y rechazar. 
Lo curioso es que haya tanta gente que piense que es posible seguir al Maestro sin obedecerle y que es posible obedecer sin sufrir ¡En fin!
UN PRINCIPIO

NO HAY SEGUIMIENTO SIN OBEDIENCIA, NI OBEDIENCIA SIN DOLOR

UNA PREGUNTA

¿QUÉ IMPIDE TU OBEDIENCIA?

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