HECHOS 24. LA CONVERSIÓN DE SAULO 3

HECHOS 9:19-31

Saulo se quedó unos días con los creyentes[e] en Damasco. 20 Y enseguida comenzó a predicar acerca de Jesús en las sinagogas, diciendo: «¡Él es verdaderamente el Hijo de Dios!».

21 Todos los que lo oían quedaban asombrados. «¿No es éste el mismo hombre que causó tantos estragos entre los seguidores de Jesús en Jerusalén? —se preguntaban—. ¿Y no llegó aquí para arrestarlos y llevarlos encadenados ante los sacerdotes principales?».

22 La predicación de Saulo se hacía cada vez más poderosa, y los judíos de Damasco no podían refutar las pruebas de que Jesús de verdad era el Mesías. 23 Poco tiempo después, unos judíos conspiraron para matarlo. 24 Día y noche vigilaban la puerta de la ciudad para poder asesinarlo, pero a Saulo se le informó acerca del complot. 25 De modo que, durante la noche, algunos de los creyentes[f] lo bajaron en un canasto grande por una abertura que había en la muralla de la ciudad.

26 Cuando Saulo llegó a Jerusalén, trató de reunirse con los creyentes, pero todos le tenían miedo. ¡No creían que de verdad se había convertido en un creyente! 27 Entonces Bernabé se lo llevó a los apóstoles y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino a Damasco y cómo el Señor le había hablado a Saulo. También les dijo que, en Damasco, Saulo había predicado con valentía en el nombre de Jesús.

28 Así que Saulo se quedó con los apóstoles y los acompañó por toda Jerusalén, predicando con valor en el nombre del Señor. 29 Debatió con algunos judíos que hablaban griego, pero ellos trataron de matarlo. 30 Cuando los creyentes[g] se enteraron, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso, su ciudad natal.

31 La iglesia, entonces, tuvo paz por toda Judea, Galilea y Samaria; se fortalecía y los creyentes vivían en el temor del Señor. Y, con la ayuda del Espíritu Santo, también creció en número.
Tras el encuentro con Jesús en su camino hacia la ciudad de Damasco Pablo o Saulo se convierte en un seguidor del Maestro e, inmediatamente, comienza a compartir acerca de él con sus correligionarios. Al principio causa sorpresa en todos y en algunos desconfianza. Rápidamente, tanto en Jerusalén como en Damasco se origina una hostilidad muy grande hacia él que hará que los otros discípulos tengan que enviarlo a Jerusalén y, cuando la hostilidad creció allá, a Tarso, la ciudad de la que era originario, donde había nacido y había crecido.

Sé que para algunas personas lo más destacable de este pasaje será, sin duda, el celo por compartir acerca de Jesús que mostró Pablo tras su conversión. Un celo que le llevó al enfrentamiento abierto con otros judíos. Sin embargo, todo e importante,no ha sido lo que ha centrado mi atención. Para mí, lo que me ha desafiado es el hecho diferencial en su vida.

Dicho de otro modo, el cambio había sido tan evidente, tan visible que nadie podía ignorarlo. Ser un seguidor de Jesús lo hacía diferente de cómo era antes de encontrarse con el Maestro y, tal y como comentaba, eso era algo visible a los ojos de los demás.

Y al leer este pasaje me pregunto por el hecho diferencial en mi vida ¿Cuál es la diferencia? ¿Qué hace de mi estilo de vida diferente del de los demás al margen de ir a la iglesia cada domingo? Y no lo digo pensando que mi estilo de vida ha de ser «mejor» moralmente hablando que el de aquellos que no son seguidores de Jesús, sino en qué manera refleja rasgos, características, valores, prioridades de aquel a quien sigo.

Un principio

Seguir a Jesús ha de marcar un hecho diferencial en mi vida.

Una pregunta

¿Cuál es el hecho diferencial en la tuya?

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