HECHOS 47. EL MINISTERIO DE PABLO. EL SEGUNDO VIAJE MISIONERO 7

HECHOS 17:10-15

10 Esa misma noche, los creyentes enviaron a Pablo y a Silas a Berea. Cuando llegaron allí, fueron a la sinagoga judía. 11 Los de Berea tenían una mentalidad más abierta que los de Tesalónica y escucharon con entusiasmo el mensaje de Pablo. Día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad. 12 Como resultado, muchos judíos creyeron, como también lo hicieron muchos griegos prominentes, tanto hombres como mujeres.

13 Cuando unos judíos de Tesalónica se enteraron de que Pablo predicaba la palabra de Dios en Berea, fueron allá y armaron un alboroto. 14 Los creyentes enseguida tomaron medidas y enviaron a Pablo a la costa, mientras que Silas y Timoteo permanecieron allí. 15 Los que acompañaban a Pablo fueron con él hasta Atenas; luego regresaron a Berea con instrucciones para Silas y Timoteo de que se apresuraran a unirse a él.

No hay mucho que comentar en este pasaje que narra la visita a la ciudad de Berea en el camino desde una gran ciudad, Tesalónica, hasta otra gran ciudad, Atenas. La recepción, al menos al principio fue buena y positiva al mensaje del evangelio. Posteriormente, los judíos de Tesalónica se encargaron nuevamente de volver a las personas en contra de Pablo y Silas.

La lección, y a la vez, el ejemplo a imitar, es el entusiasmo y diligencia de los habitantes de Berea en examinar las Escrituras. Son todo un desafío para nosotros hoy en día ya que tristemente la Biblia cada vez ocupa un lugar menos importante en nuestras vidas, y si bien es cierto que todos reconocemos que es la Palabra inspirada de Dios y que nos guía, o podría guiar en la vida cotidiana, lo cierto es que el escaso tiempo que dedicamos a leerla, meditarla y aplicarla revela, más allá que cualquier declaración teológica o doctrinal, el verdadero lugar que ocupa en nuestras vidas, totalmente secundario.

Uno le dedica tiempo a aquello que considera importante. O dicho de otro modo, en lo que invertimos el tiempo manifiesta a lo que damos importancia. La excusa de que carecemos de tiempo es, sólo eso, una excusa pues todos tenemos tiempo para lo que queremos.

Un principio

A lo que dedicamos tiempo es a lo que consideramos prioritario

Una pregunta

¿Qué impide que le dediques tiempo a las Escrituras?


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