HECHOS 50. EL MINISTERIO DE PABLO. EL SEGUNDO VIAJE MISIONERO 10

HECHOS 18:18-23

18 Después Pablo se quedó en Corinto un tiempo más, luego se despidió de los hermanos y fue a Cencrea, que quedaba cerca. Allí se rapó la cabeza según la costumbre judía en señal de haber cumplido un voto. Después se embarcó hacia Siria y llevó a Priscila y a Aquila con él.

19 Primero se detuvieron en el puerto de Éfeso, donde Pablo dejó a los demás. Mientras estuvo en Éfeso, fue a la sinagoga para razonar con los judíos. 20 Le pidieron que se quedara más tiempo, pero él se negó. 21 Al irse, sin embargo, dijo: «Si Dios quiere, regresaré».[e] Entonces zarpó de Éfeso. 22 La siguiente parada fue en el puerto de Cesarea. De allí subió y visitó a la iglesia de Jerusalén,[f] y luego regresó a Antioquía.

23 Después de pasar un tiempo en Antioquía, Pablo regresó por Galacia y Frigia, donde visitó y fortaleció a todos los creyentes.[g]



Este pasaje narra el regreso de Pablo a Antioquía de Siria, donde se encontraba la comunidad de seguidores de Jesús que le había enviado a llevar a cabo la tarea de dar a conocer la buena noticia.

Destacan para mí y son fuentes de motivación las últimas palabras que indican que Pablo confortaba en la fe a todos los creyentes. Creo que esto podría ser y, de hecho, debe ser, un estilo de vida que caracterice a todos los creyentes, que seamos gente que vivimos de tal manera que somos de estímulo, ánimo, ayuda y apoyo para todos aquellos que nos rodean. Y si nuestro pecado y egoísmo nos impide ser así, al menos procuremos no ser de desánimo y frustración para lo demás.


Un principio

Vivir vidas caracterizadas por ser de ánimo a los que nos rodean.

Una pregunta

¿Qué caracteriza tu vida el ánimo o el desánimo hacia los demás?



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