HECHOS 62. EL MINISTERIO DE PABLO.SU ENCARCELAMIENTO Y EL VIAJE A ROMA 4

HECHOS 23:1-11

1 Mirando fijamente al Concilio Supremo,[a] Pablo comenzó: «Hermanos, ¡siempre he vivido ante Dios con la conciencia limpia!».

2 Al instante, Ananías, el sumo sacerdote, ordenó a los que estaban cerca de Pablo que lo golpearan en la boca. 3 Pero Pablo le dijo: «¡Dios te golpeará a ti, hipócrita corrupto![b] ¿Qué clase de juez eres si tú mismo infringes la ley al ordenar que me golpeen así?».

4 Los que estaban cerca de Pablo, le dijeron:

—¿Te atreves a insultar al sumo sacerdote de Dios?

5 —Lo siento, hermanos. No me había dado cuenta de que él es el sumo sacerdote —contestó Pablo—, porque las Escrituras dicen: “No hablarás mal de ninguno de tus gobernantes”[c].

6 Pablo se dio cuenta de que algunos miembros del Concilio Supremo eran saduceos y que otros eran fariseos, por lo tanto gritó: «Hermanos, ¡yo soy fariseo, al igual que mis antepasados! ¡Y estoy en juicio porque mi esperanza está en la resurrección de los muertos!».

7 Esto dividió al Concilio —puso a los fariseos contra los saduceos—, 8 porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, pero los fariseos sí creen en todo esto. 9 Así que hubo un gran alboroto. Algunos de los maestros de ley religiosa que eran fariseos se levantaron de un salto y comenzaron a discutir enérgicamente. «Nosotros no encontramos nada malo en él —gritaban—. Tal vez algún espíritu o ángel le habló». 10 Como el conflicto se tornó más violento, el comandante tenía temor de que descuartizaran a Pablo. De modo que les ordenó a sus soldados que fueran a rescatarlo por la fuerza y lo regresaran a la fortaleza.

11 Esa noche el Señor se le apareció a Pablo y le dijo: «Ten ánimo, Pablo. Así como has sido mi testigo aquí en Jerusalén, también debes predicar la Buena Noticia en Roma».


Pablo es llevado ante el Sanedrín o Consejo Supremo. Este órgano político y religioso al mismo tiempo era el gobierno autónomo y limitado que los ocupantes romanos habían permitido en Israel.

El apóstol sabe utilizar de forma sabia las divisiones internas, tal y como explica el texto, entre fariseos, una rama más mística del judaísmo, y saduceos, una rama más pragmática y cercana al poder romano. El Consejo se divide y nada sale en claro de la situación.
Ahora bien, me ha llamado fuertemente la atención la afirmación de Pablo ante sus acusadores, me he comportado siempre ante Dios con conciencia enteramente limpia. Una conciencia limpia es aquella que cuando uno escucha su voz no nos acusa de nada o, si nos acusa, respondemos actuando en consecuencia y atendiendo sus demandas.
Pero la conciencia es manipulable. Que la conciencia no nos acuse no significa que estemos limpios. Lo contrario también es cierto, que la conciencia nos acuse no significa que esté emitiendo un juicio correcto. Es por eso, que para que mi conciencia pueda ser un instrumento útil en el proceso de guiarme debe de estar alimentada, iluminada, ayudada por la Palabra de Dios. Sólo entonces y sólo así sus juicios serán correctos.
Me he parado a escuchar y hay áreas claras en las que mi conciencia me habla y me invita al cambio.
Un principio

La conciencia para guiarnos bien debe estar iluminada por la Palabra de Dios.

Una pregunta

Escucha tu conciencia ¿Qué te dice?


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