Mis comienzos como cristiano fueron penosos, llenos de dudas, y sazonados con generosa cobardía. Vivía, por decirlo así, con un pie en el mundo y otro en la iglesia. Y no era nada feliz. Lo determinante fué un día uno de Mayo, volvía de unas conferencias y cayó en mis manos un librito que cambió mi vida, se titula «Piensa en tu futuro» y por primera vez fuí consciente de la perspectiva eterna y de vivir a la luz de la misma.
Hoy, Domingo, mientras desayunaba estaba viendo un vídeo de Paul Washer, que es un predicador que no se dedica a entretener a la gente sino a exponer la Palabra. Me he quedado impactado (una vez más) con su mensaje, y con estas palabras: «Fuimos hechos para darnos por algo que es ETERNO».
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