Llegar a «La Frontera» fue un trabajo difícil, durante todo el camino los «desanimadores» te gritaban que cerrara los ojos. Los «desanimadores» son gente que conoce los dos lados pero que quieren vivir «ilusionados’ y que otros vivan de esta manera, son revolucionarios de «lo-que-se-ve». Un camino difícil, de muchas tentaciones, pero logró llegar sin cerrar los ojos, aunque si tuvo que cerrar los oídos.
El hombre sabio que vivía ahí solo le dijo:
«No le tengas miedo al silencio, disfruta estar contigo, ama la soledad; ven cada día a la realidad, y poco a poco estarás totalmente inmerso en ella, aún cuando vivas en la ilusión.»
«¿Qué hay sobre los otros? ¿Los que no quieren ver?»
El hombre sabio le dijo:
«Mientras más inmerso vivas en la realidad-real, más curiosidad tendrán. Algunos querrán seguir tu ejemplo y otros te querrán matar. Quien quiera ver: verá.»
Aprendió a vivir este hombre, en la oscuridad pero en luz, en la ilusión pero en la realidad, en medio de la mentira de muchos hombres pero en la Verdad. Poco a poco. Pequeñas visitas. Hasta que fue totalmente libre.
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