Job Capítulo 04




Bendiciones hermanos.


Continuamos con la lectura del libro de Job, hoy con el capitulo 4 que trata un solo tema como, Elifaz reprende a Job.

Señor, en este día acomendamos nuestras vidas a ti, te alabamos y adoramos, guía nuestros pasos y bendice este mundo, para que haya paz, en el amor de aquel que recordamos su nacimiento y murió en la cruz por nuestros pecados, cubre este foro por el cual llevamos tu palabra, y guíanos en la lectura del dia, te lo pedimos, en el nombre de Jesús amen.


Job


Capítulo 04

Elifaz reprende a Job


4:1 Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo:


4:2 Si probáremos a hablarte, te será molesto;
Pero ¿quién podrá detener las palabras?


4:3 He aquí, tú enseñabas a muchos,
Y fortalecías las manos débiles;


4:4 Al que tropezaba enderezaban tus palabras,
Y esforzabas las rodillas que decaían.


4:5 Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas;
Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.


4:6 ¿No es tu temor a Dios tu confianza?
¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos?


4:7 Recapacita ahora; ¿qué inocente se ha perdido?
Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos?


4:8 Como yo he visto, los que aran iniquidad
Y siembran injuria, la siegan.


4:9 Perecen por el aliento de Dios,
Y por el soplo de su ira son consumidos.


4:10 Los rugidos del león, y los bramidos del rugiente,
Y los dientes de los leoncillos son quebrantados.


4:11 El león viejo perece por falta de presa,
Y los hijos de la leona se dispersan.


4:12 El asunto también me era a mí oculto;
Mas mi oído ha percibido algo de ello.


4:13 En imaginaciones de visiones nocturnas,
Cuando el sueño cae sobre los hombres,


4:14 Me sobrevino un espanto y un temblor,
Que estremeció todos mis huesos;


4:15 Y al pasar un espíritu por delante de mí,
Hizo que se erizara el pelo de mi cuerpo.


4:16 Paróse delante de mis ojos un fantasma,
Cuyo rostro yo no conocí,
Y quedo, oí que decía:


4:17 ¿Será el hombre más justo que Dios?
¿Será el varón más limpio que el que lo hizo?


4:18 He aquí, en sus siervos no confía,
Y notó necedad en sus ángeles;


4:19 ¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro,
Cuyos cimientos están en el polvo,
Y que serán quebrantados por la polilla!


4:20 De la mañana a la tarde son destruidos,
Y se pierden para siempre, sin haber quien repare en ello.


4:21 Su hermosura, ¿no se pierde con ellos mismos?
Y mueren sin haber adquirido sabiduría.

Notas:

Job 4:1 Con elevado tono oratorio, Elifaz expone la doctrina de la retribución, comúnmente aceptada, que se resumía en estos dos principios: Dios recompensa en la tierra las acciones buenas y malas, y hay una proporción exacta entre lo que cada uno hace y el premio o el castigo que recibe. De ahí la conclusión: si a Job le ha tocado sufrir tanto, en algo grave habrá ofendido a Dios. El mismo Job había compartido esa doctrina en otro tiempo (cf. 29.18-20; 30.26), pero su terrible experiencia lo hizo cambiar de parecer.

Job 4:11 En contraposición con la doctrina de Elifaz, que extendía el castigo a los hijos del malvado, el profeta Ezequiel insiste en la responsabilidad personal de cada individuo (cf. Ez 14.13-23; 18).

Job 4:11 La referencia a las desgracias de los impíos aparece regularmente en los discursos de los tres amigos: 5.2-7; 15.17-35; 22.15-18 (Elifaz); 8.8-19; 18.5-21 (Bildad); 11.20; 20.4-29; 27.13-23; 24.18-24 (Zofar).

Job 4:21 El tema de la indignidad del hombre ante Dios se encuentra también en Job 15.14-16; 25.4-6.


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