Job Capítulo 32

Bendiciones hermanos.

Continuamos con la lectura del libro de Job, hoy con el capitulo 32 que trata un solo tema como, Intervención de Eliú.

Padre, gracias porque podemos comenzar, un nuevo día con tu amor en nuestras vidas, y que tenemos un proyecto para este día y los por venir, que es seguir tus pasos, gracias por tu palabra, que alumbra la senda a seguir, y gracias por este foro, en el que podemos compartir tu palabra, bendice a todos los que trabajan, para que este espacio pueda seguir, te lo pedimos en el nombre de Jesús amen.

Job Capítulo 32



INTERVENCIÓN DE ELIÚ (32.1–37.24)




Intervención de Eliú



1 Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos.

2
Entonces Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios.

3
Asimismo se encendió en ira contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job.

4
Y Eliú había esperado a Job en la disputa, porque los otros eran más viejos que él.
5 Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió en ira.

6 Y respondió Eliú hijo de Baraquel buzita, y dijo:

Yo soy joven, y vosotros ancianos;
Por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión.

7 Yo decía: Los días hablarán,
Y la muchedumbre de años declarará sabiduría.

8 Ciertamente espíritu hay en el hombre,
Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda.

9 No son los sabios los de mucha edad,
Ni los ancianos entienden el derecho.

10 Por tanto, yo dije: Escuchadme;
Declararé yo también mi sabiduría.


11 He aquí yo he esperado a vuestras razones,
He escuchado vuestros argumentos,
En tanto que buscabais palabras.

12 Os he prestado atención,
Y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job,
Y responda a sus razones.

13 Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría;
Lo vence Dios, no el hombre.

14 Ahora bien, Job no dirigió contra mí sus palabras,
Ni yo le responderé con vuestras razones.


15 Se espantaron, no respondieron más;
Se les fueron los razonamientos.

16 Yo, pues, he esperado, pero no hablaban;
Más bien callaron y no respondieron más.

17 Por eso yo también responderé mi parte;
También yo declararé mi juicio.

18 Porque lleno estoy de palabras,
Y me apremia el espíritu dentro de mí.

19 De cierto mi corazón está como el vino que no tiene respiradero,
Y se rompe como odres nuevos.

20 Hablaré, pues, y respiraré;
Abriré mis labios, y responderé.

21 No haré ahora acepción de personas,
Ni usaré con nadie de títulos lisonjeros.

22 Porque no sé hablar lisonjas;
De otra manera, en breve mi Hacedor me consumiría.

Notas:

Job 32:1 Eliú aparece de manera inesperada, cuando parecía que la discusión había ya acabado (32.15). Su larga intervención interrumpe la continuidad del poema, dado que el desafío lanzado por Job (31.35-37) estaba pidiendo una respuesta de Dios, que ahora se hace esperar (hasta el cap. 38). Además, no se vuelve a mencionar a Eliú en el resto del libro, ni siquiera cuando el Señor pronuncia su veredicto acerca de Elifaz y sus dos amigos (42.7). Esto hace pensar que quizá el propio autor del libro sintió la necesidad de agregar algunas precisiones a lo que había expuesto antes (cf. 32.1) y añadió, más tarde, esta serie de discursos.

Job 32:2 A diferencia de los otros amigos de Job, el nombre Eliú es israelita y significa Él es mi Dios; ya se utilizaba en la época de los Jueces (1 S 1.1; 1 Cr 12.21; 26.7; 27.18).

Job 32:2 Buzita: perteneciente a la tribu de Buz en el oriente (cf. Jer 25.23).

Job 32:10 Este joven critica con arrogancia la sabiduría de los antiguos, pero no la sustituye por nada que pueda considerarse realmente nuevo.

Job 32:12 Eliú se presenta como espectador atento y silencioso de un debate que aparentemente se había desarrollado sin testigos. Esto le permite citar algunas frases de Job y conocer lo que sus amigos habían expresado antes.

Job 32:13 Para que no… no el hombre: otra posible traducción: No os creáis tan sabios y que solo Dios, no un hombre, os puede responder.


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