Josué Capítulo 06





Bendiciones hermanos.



Continuamos con la lectura del libro de Josué, hoy con el capitulo 6 que trata un solo tema como, la toma de Jericó.

Padre nuestro gracias en este día por tu amos hacia nosotros, te alabamos y adoramos nos ponemos en tus manos para que nos guíes en la lectura diaria, para que por medio de ella podamos conocerte cada día un poco mas, para no desviarnos de tu voluntad y del camino recto que nos acerca mas a ti, te pedimos por este foro para que por medo de el podamos seguir llevando tu palabra por el mundo, y guárdanos de todo mal, te lo pedimos en el nombre de Jesús amen.

Josué
Capítulo 06

La toma de Jericó

6:1 Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía.


6:2 Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.


6:3 Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días.


6:4 Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas.


6:5 Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante.


6:6 Llamando, pues, Josué hijo de Nun a los sacerdotes, les dijo: Llevad el arca del pacto, y siete sacerdotes lleven bocinas de cuerno de carnero delante del arca de Jehová.


6:7 Y dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca de Jehová.


6:8 Y así que Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las bocinas; y el arca del pacto de Jehová los seguía.


6:9 Y los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la retaguardia iba tras el arca, mientras las bocinas sonaban continuamente.


6:10 Y Josué mandó al pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces gritaréis.


6:11 Así que él hizo que el arca de Jehová diera una vuelta alrededor de la ciudad, y volvieron luego al campamento, y allí pasaron la noche.


6:12 Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de Jehová.


6:13 Y los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, fueron delante del arca de Jehová, andando siempre y tocando las bocinas; y los hombres armados iban delante de ellos, y la retaguardia iba tras el arca de Jehová, mientras las bocinas tocaban continuamente.


6:14 Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día, y volvieron al campamento; y de esta manera hicieron durante seis días.


6:15 Al séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces.


6:16 Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad.


6:17 Y será la ciudad anatema a Jehová, con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en casa con ella, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos.


6:18 Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis.


6:19 Mas toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, sean consagrados a Jehová, y entren en el tesoro de Jehová.


6:20 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron.


6:21 Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos.


6:22 Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis.


6:23 Y los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel.


6:24 Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro.


6:25 Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó.


6:26 En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas.


6:27 Estaba, pues, Jehová con Josué, y su nombre se divulgó por toda la tierra.

Notas:

Josué 6:1 El siguiente relato ilustra con especial dramatismo la idea central de todo el libro de Josué: la posesión de la Tierra prometida es un don del Señor a su pueblo, y no una «conquista» que el pueblo pueda atribuir a sus propios méritos (Jos 1.2-5). Al pueblo le toca obedecer la orden de Jehová. Cf. Dt 7.7-8.

Josué 6:4 No se trata de trompetas metálicas sino de cuernos de carnero utilizados como instrumentos de viento. Su sonido ronco y potente servía para convocar al pueblo (Jl 2.15), para anunciar un acontecimiento solemne o una fiesta religiosa (1 R 1.39; Sal 81.3) y para dar la alarma o alguna otra señal en tiempo de guerra o de paz (Jer 4.5,19; Jl 2.1). Más tarde, el cuerno pasó a formar parte de la liturgia sinagogal. Véase Ex 19.12-13.

Josué 6:4 Nótese la importancia que se atribuye en esta narración al número siete, símbolo de la perfección y de la plenitud: siete sacerdotes tocan siete trompetas, y la muralla de la ciudad se viene abajo el séptimo día, después que el pueblo da siete vueltas alrededor de ella. Véase Gn 4.23-24.

Josué 6:4 La procesión con el Arca del pacto, la presencia de los sacerdotes y el toque de las trompetas hacen que la acción desplegada por los israelitas reúna todos los rasgos de una ceremonia religiosa. Véase Jos 3.3.

Josué 6:5 Todo el pueblo gritará con fuerza: Con la misma expresión hebrea se designa tanto el grito de guerra que lanzaban los combatientes para enardecer sus ánimos e infundir terror a sus enemigos (1 S 4.5-7) como las aclamaciones del pueblo en las fiestas religiosas (2 S 6.15; Sal 47.5).

Josué 6:17 Dt 13.15-16; 20.16-18. Cf. Jos 8.2,27; 10.28-39.

Josué 6:17 Cf. Jos 2.6.

Josué 6:18 Cf. Jos 7.1.

Josué 6:19 La parte del botín de guerra consagrada a Dios debía ser depositada en el tesoro de un templo. La expresión utilizada en el v. 24 parecería indicar que el santuario en cuestión era el templo de Jerusalén.

Josué 6:20 Cf. Heb 11.30.

Josué 6:23 Fuera del campamento: para evitar que cayera en estado de impureza ritual. El campamento israelita, en efecto, era un lugar santo (Dt 23.14), y la presencia de estos extranjeros, todavía paganos, lo habría vuelto impuro.

Josué 6:25 Heb 11.31.

Josué 6:25 La ayuda de Rahab, una prostituta extranjera, había contribuido a que la entrada de los israelitas en Canaán se desarrollara según los planes previstos. Por eso, ella y su familia fueron incorporados al pueblo de Dios, y la tradición israelita la consideró como una heroína nacional. Rahab es, además, una de las mujeres mencionadas en la genealogía de Jesús (Mt 1.5).

Josué 6:26 Acerca del cumplimiento de esta palabra, véanse 1 R 16.34.


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