JUAN 10. EL MINISTERIO PÚBLICO DE JESÚS 3

23 Mientras Jesús estaba en la ciudad de Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en él porque vieron los milagros que hacía.24-25 Pero Jesús no confiaba en ellos ni necesitaba que le dijeran nada de nadie, porque los conocía a todos y sabía lo que pensaban.
Me ha impactado mucho la frase que afirma que Jesús conoce la intimidad de cada ser humano. Por un lado resulta terrorífico el ser totalmente transparente ante Dios. Nada en mi interior le es desconocido y no existe nada que pueda mantener oculto de su escrutadora mirada. Hasta lo más íntimo y profundo de mi ser y de mi vida le es conocido.

Por otro lado, en estos últimos años lo he vivido como una gran oportunidad para ser yo mismo y poderme sincerar con Dios. El hecho de que exista al menos una persona en todo el universo con quien poder ser total y auténticamente genuino y transparente me resulta de una gran liberación, tranquilidad y descanso.

Saber que Jesús me conoce y, a pesar de todo, me ama y acepta incondicionalmente, me invita a poder abrirme y ser vulnerable con Él con la seguridad que no me dañará, no me traicionará, no me abandonará, avergonzará o repudiará por ser como soy. Para las personas que aparecen narradas en este breve pasaje, el conocimiento que Jesús tenía de ellas les resultó nocivo, para mí resulta liberador.

Un principio

El conocimiento que Jesús tiene de mi interior me libera.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.