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Caballero ha informado que, en plena crisis, se registró un incremento de casi el 50% de enfermos con respecto a los dos años anteriores, si bien ha matizado que podría haber aumentado también el número de personas atendidas en ese periodo por cuestiones administrativas. No obstante, ha recalcado que las visitas a urgencias por intentos suicidas ascendieron un 22%; un 14% por ansiedad y un 6% por abusar del alcohol y las drogas.
En el periodo de marzo a junio, coincidiendo con el periodo de inicio de los problemas económicos, se registraron entre los atendidos «más referencias al desempleo, al impago de deudas y a la pérdida de estatus social». Se estima que en España seis millones de personas sufren depresión, entre un 10 y 15% de la población, aunque la mitad de ellas está sin diagnosticar; la ansiedad afecta hasta a un 9%.
La depresión constituye la segunda causa de baja laboral y el gasto de esta patología alcanza un total de 23.000 millones de euros anuales para el conjunto del país. El doctor Enric Álvarez, director del Servicio de Psiquiatría del Hospital Santa Creu i Sant Pau, ha señalado que aunque la prevalencia de casos de depresión diagnosticados no aumentará con la crisis, sí lo están haciendo, y mucho, las consultas por lo que podría llamarse coloquialmente una «depre coyuntural».
Lo que sí se agudiza es el «revestimiento» de las consultas, ha esgrimido Álvarez, porque los pacientes «están peor» y las patologías asociadas a su estado depresivo «se agravan y profundizan». «Es más la música lo que ha variado que la letra», ha matizado.
El doctor Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet y Universidad de Zaragoza, ha precisado que entre un 10 y un 15% de personas que manifiestan malestar psicológico cuando visitan al médico, no cumplen con los criterios de diagnóstico de depresión y ansiedad.
DE LA ANSIEDAD A LA DEPRESIÓN
Campayo ha dicho que las situaciones de estrés laboral o por motivos económicos que se producen en situaciones de crisis económica producen a corto plazo ansiedad. Sin embargo, ha advertido que si el proceso se cronifica y pasando los meses y los años, la evolución normal de estrés o ansiedad mantenidos se convierte en depresión. «Está habiendo más casos de ansiedad con la crisis inicialmente pero algunos ya se están transformando en depresiones», ha lamentado, una situación que podría agravarse a medida que las dificultades económicas y laborales se vayan prolongando.
El experto opina que actualmente asistimos a una creciente «psiquiatrización» de la vida diaria y a un «sobrediagnóstico del malestar normal de la vida».
«Hay una escasa tolerancia al sufrimiento normal de la vida, una visión pasiva del mundo donde se persiguen soluciones rápidas que no requieran esfuerzo por parte de la persona», ha apuntado Campayo, quien ha confesado que el momento actual es difícil y pondrá a prueba la resistencia de los españoles.
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