La “Igle” como mentalidad – Parte II

Por Donald Herrera Terán
Tengo un interés especial en el efecto de “La Igle” sobre la mentalidad de los jóvenes. La visión de la “La Igle,” orientada al entretenimiento, les comunica a las mentes jóvenes varias cosas erróneas a los jóvenes.
 1. Les dice que el criterio o estándar para medir la experiencia con la Fe Cristiana es el nivel de satisfacción o gusto personal que hayamos experimentado en una reunión cristiana. Si sirvieron helado entonces tendré una experiencia agradable. Si no hubo helado… bueno, qué lástima — quizá los otros criterios refuercen este mismo sentido: la música, los juegos, los premios, las competencias, los regalos, las sorpresas, etc.
 2. Las Escrituras no ocupan el lugar central tanto como norma de fe y como norma de conducta. “¡Un momento!” – dirán algunos. “Nosotros sí usamos la Biblia en nuestras reuniones.” Acerquémonos un poco más para ver el tipo de “uso” que se les da las Escrituras en estas reuniones. Su énfasis es mayormente motivacional, inspiracional, devocional, etc., para justificar una serie de lecciones o “principios” relacionados con la búsqueda de sueños, el cumplimiento de metas, el ser mejores personas, llevarse bien con los demás, ser felices, encontrar al amor de su vida, etc.
Este daño es particularmente venenoso porque una mente entrenada en este tipo de “estudio bíblico” es una mente distorsionada. Cree que “estudia la Biblia,” cree que la comprende y que la pone en práctica. Pero desconoce el mensaje de las Escrituras. Y con el tiempo, su estructura de razonamiento nubla su propia lectura personal de la Biblia. Ya no le es posible ver más allá de sus propias narices humanistas.
Si añadimos a estas características el poco o casi nulo involucramiento de los padres de estos chicos en el discipulado de sus propios hijos entonces los efectos se multiplican exponencialmente. Incluso es probable que los mismos padres hayan crecido en este tipo de entorno espiritual. De modo que frente a las grandes preguntas de sus hijos responderán con más de la misma receta: Solicitarán a “la Igle” “programas más dinámicos,” adaptados para los jóvenes, esperando con ello un avivamiento espiritual en sus hijos.
Así es “la Igle.” Se reproduce y se refuerza.
Donald Herrera Terán es pastor de la Comunidad Cristiana Renovación, en Costa Rica.
Es Profesor en el Centro Educativo Reformado Semillas. Vive con su esposa Martha y sus dos hijos.
Pueden visitar su sitio web http://www.contra-mundum.org o su página de Facebookhttp://www.facebook.com/donald.teran


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