Quiero compartirles estos escritos a manera de reflexión por lo cual podamos entender quienes son parte de la iglesia que Jesús vendrá a buscar.
El pastor bautista Benjamín Keach (1640-1704) escribió….
que por aquellos días ya existían muchos pastores bautistas y de muchas mas denominaciones recibiendo como miembros en sus iglesias a muchas personas que mostraban pocas evidencias de haber nacido de nuevo. Benjamín Keach estaba convencido de que era esencial que todo pastor aprendiera que “no es una iglesia grande, sino una iglesia santa y buena la que Cristo ama.” Muchas iglesias serían mas fuertes y mejores si “muchos miembros fueran cortados de ellas.” Sin embargo, por razones de orgullo y codicia, muchos predicadores se ocupaban en “llevar a hombres a una profesión visible, y hacerles miembros de iglesias” en vez de predicar de manera adecuada para “mostrarles la necesidad de regeneración, fe, o un corazón cambiado completamente.”
Siguió diciendo a esos pastores infieles, “Demasiado frecuentemente observamos que, una vez que las personas se han unido a una de las iglesias, concluyen que todo está bien. Entonces, cuando la conversión es predicada, piensan que no tiene que ver con ellos, sino con los que son abiertamente impíos. Así se hacen ciegos, tal vez aún para su propia destrucción. Si la sangre de ellos no esté delante de tus puertas, estará bien. Temo que hoy en día puede ser dicho de algunos, que al igual que los fariseos, que recorren mar y tierra para hacer un prosélito; y una vez hecho, el tal es dos veces más hijo del infierno que era antes, como explica nuestro Salvador.”
¡Lo escribió en 1691! ¿Qué diría hoy?
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