La Oración Tiene la Virtud de Ser Muy Poderosa

Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder (Stg 5:16 JER)

Los cristianos deberían vivir en la atmósfera de la oración. Si vamos a apreciar y apropiarnos correctamente de la bendición de la oración, debemos entender la enseñanza de Dios sobre esta.

¿Quién puede orar aceptablemente y sobre qué condiciones puede ser ofrecida la oración aceptable al Dios Todopoderoso?

En vista de que somos enseñados a orar, lo más importante es que aprendamos a cómo orar.

Jesús oró, … no se haga mi voluntad, sino la tuya (Luc. 22:42).

El enseñó a Sus apóstoles a orar: Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra (Mat. 6:10).

Repasemos en la carta de Santiago algunas consideraciones en la oración:

… Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios (Stg 1:5)

… Pida con fe, no dudando nada ( Stg 1:6)

… No debe ser así, de una boca proceden bendición y maldición (Stg 3:10)

… Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites (Stg 4:2, 3)

… Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados (Stg 5:16)

La oración ferviente del justo tiene mucho poder. Uno de los problemas que tiene la gran mayoría de los cristianos es que Dios no responde su oración, no porque no tengas fe; sino porque eres injusto. La oración del justo tiene poder.

El apóstol Pedro cita el Salmo 34.

Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal – (1 Ped. 3:12).

Nuestra oración es que usted sea hallado justificado por la sangre y crédulo que Aquel que hizo la promesa es fiel para cumplirla, y comenzará un nuevo tiempo en su vida (Hebreos 10:23). Los líderes que conquistan sus causas por sus oraciones, llevan otros a este estilo de vida y enseñan el camino de la intimidad y comunión con Dios, pues este es tiempo para respuestas de parte del Señor.

Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jer 33:3).

La oración tiene la virtud de ser muy poderosa, creamos un canal de comunicación con Dios nuestro Padre Celestial a través de su hijo Jesucristo, la oración tiene el poder de sanar al hombre tanto física como espiritualmente.

Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses (Stg 5:17 )

Dios contesta las oraciones de personas normales. Vemos en nuestro pasaje el ejemplo de Elías. Era un gran profeta, el vocero de Dios ante un rey corrupto y una reina que hasta el día de hoy es famosa por su maldad – la reina Jezabel.

Pero Elías no era ningún superhéroe. Al contrario: fue víctima de la desilusión, tuvo deseos de morir, y falló de otras maneras. Elías era como nosotros. Y sin embargo, cuando él oró, Dios cerró los cielos por más de tres años, y no llovió; oró nuevamente, y llegó la lluvia.

Nosotros no tenemos que ser personas especiales para que Dios conteste nuestras oraciones.

Como nos dice en Santiago:

…Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.( Stg 4:6 )

…Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros (Stg 4:8 )

…Humillaos delante del Señor, y él os exaltará (Stg 4:10)

¿Qué necesitamos, entonces?

La respuesta está en el verso 16: nos hace falta la justicia.

La oración poderosa y eficaz es la oración de la persona justa.

¿Qué significa ser justo?…. Significa estar bien o tener paz con Dios.

Por un lado, significa estar en una relación recta con Dios por medio de Jesucristo.

¿Conocen la palabra justificación?

Esta palabra describe lo que sucede cuando ponemos nuestra fe en Cristo para recibir el perdón de nuestros pecados.

La justificación significa ser hechos o declarados justos. En otras palabras, dejamos de ser personas culpables y llegamos a ser justos ante Dios por medio de la fe en Jesucristo.

Para que nuestras oraciones sean poderosas, entonces, tenemos que estar en comunión con Cristo. Tenemos que ser seguidores suyos, unidos a él por la fe.

Ahora la oportunidad de cambiar nuestro mundo está delante de nosotros. Es a través de la oración ferviente que podemos hacer la diferencia. Comencemos a orar hoy y pronto veremos a Dios haciendo grandes cosas como El nos ha prometido:

Si se humillare mi pueblo, sobre los cuales ni nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra (2Cró 7:14)

Bendiciones…..


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