La Palabra de Dios es el agente de la regeneración (Santiago 1:18; 1 Pedro 1:23)

La regeneración no es el bautismo de agua, la regeneración es el nuevo nacimiento el cual viene al oír la palabra de Dios (Romanos 10:13-17).

Hay que predicar el evangelio de Jesús a todos los que el Señor traiga a nuestro camino. Nosotros somos embajadores de Cristo.

2 Corintios 5:20:
“Por lo tanto, nosotros somos embajadores de Cristo, como si Dios estuviera rogando por medio de nosotros, os imploramos en el nombre de Cristo, “reconciliaos con Dios”.

Efesios 5:26, “. . .vosotros estáis limpios por la palabra de Dios”. La palabra de Dios es entonces el agente de la regeneración. Esto se ve claramente en Santiago 1:18, “Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad”, y Pedro 1:23, “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.

LA REGENERACIÓN NO ES REFORMACIÓN

Por reformación queremos decir que uno cambia su manera de vivir desistiendo de cometer ciertos pecados y haciendo un esfuerzo por si mismo para vivir una vida mejor.

La regeneración, por otra parte, es un acto sobrenatural de Dios. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para anduviésemos en ellas” (Efesios 2:8-10).

Usted notará que estos versículos enseñan que la regeneración no es un proceso de evolución—es decir una subida gradual hacia Dios, sino una obra milagrosa hecha por Dios. Somos creados en Cristo Jesús en el mismo momento que creemos que él es el único camino a Dios para salvación.

La regeneración es una dádiva de Dios, es una nueva vida, una nueva creación. No es un cambio de naturaleza, sino una nueva naturaleza recibida inmediatamente que nos arrepentimos de nuestros pecados y le pedimos que nos salve. Todos los que no han sido nacidos de nuevo están “. . . muertos en delitos y pecados” (Efesios 2:1).

Otra vez Dios hace lo mismo que hizo en Génesis 1:26, “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).

Por medio de la regeneración pasamos “de muerte a vida”.
“De cierto, de cierto te digo: el que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (San Juan 5:24).

Por medio de la regeneración recibimos una nueva naturaleza—la naturaleza de Dios, y por eso también ahora pasamos a ser hijos de Dios.

Sin esta regeneración nadie puede ir a la presencia de Dios. Esto es la salvación que Cristo vino a traernos. Juan 5:24 “. . . mas ha pasado de muerte a vida”.

Santa Biblia, vs. Reina Valera


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