La Palabra Inspirada Por Dios – La Palabra Hecha Carne: Cambiando El Logos En Rhema

 “La Palabra hecha carne – Cambiando el Logos en Rhema”

Introducción: En nuestra última lección miramos profundamente el proceso de comer la Palabra de Dios. Hablamos sobre cómo aplicar las diferentes maneras de estudiar la Palabra de Dios para tener una comida completa. Una vez más, nuestras metas son en primer lugar, que cada miembro de la iglesia tenga un fundamento firme en la Palabra de Dios y en segundo lugar, que cada miembro tenga un tiempo devocional diario con Dios. Hoy me gustaría avanzar un poco más en nuestro estudio y hablar sobre el concepto de la Palabra haciéndose carne.

La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros

Probablemente, uno de los versículos más famosos en la Biblia se encuentra en el libro de Juan, capítulo 1. Me gusta ese capítulo porque expresa  los planes de Dios, con la venida de Jesús, en términos muy claros y entendibles. La declaración más visible se la encuentra en el versículo 14.

 “El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. Juan 1:14.

Dios tiene una Palabra escrita que ha estado presente a través de las eras. Esta Palabra es la promesa de Dios. Estaba escrito que los hombres se moverían según Dios lo escribiera. Dios quería que estas promesas sean una realidad, más que simplemente tenerlas escritas en papel. Entonces, lo que hizo fue escribir las palabras en una realidad de tiempo presente, para después venir en forma de hombre y vivir las palabras que escribió Él mismo. Él tomó las palabras de la Biblia y las llevó a la vida de Jesús.

La escritura define dos tipos de palabras

Si estudiamos las Escrituras, encontraremos que se utilizan muchas palabras diferentes para hacer referencia a la Palabra de Dios, pero las dos más comúnmente utilizadas son la palabra “logos” y la palabra “rhema”. La Biblia utiliza estas dos palabras alternadamente.

  • La palabra “logos” se define en el diccionario Vine como “la expresión de un pensamiento”. Es lo que da cuerpo a la concepción de una idea. Es importante notar que cuando la Biblia utiliza la palabra logos casi siempre está hablando de la Palabra escrita de Dios. Es la suma de lo dicho por Dios escrito en papel. Esas palabras que vemos escritas en una página, pueden definirse como logos. El logos tiene potencial sólo si es cambiado a otra forma específica: “rhema”.

 “Tenemos también la palabra profética más segura,  a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,  hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto,  que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,  sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. 2 Pedro 1:19 – 21.

Este pasaje muestra a la Palabra de Dios, como un registro escrito de la ley. En nuestro contexto, la Palabra logos de Dios, serían las palabras escritas en las páginas de nuestra Biblia.

  • La palabra “Rhema” Se define según el diccionario Vine como “aquellas que hablan de lo que ha sido dicho o escrito”. Se refiere a la Palabra hablada de Dios.  Me gusta definirla como:
    1. La Palabra de Dios hablada.
    2. La Palabra de Dios viva.
    3. La Palabra de Dios para este momento.

Se diferencia de la palabra logos de Dios porque esta última implica que la Palabra tiene poder, ya que se ha transformado, de ser simplemente una palabra escrita en papel, a ser algo vivo, debido la manera en que el creyente la ha recibido. La palabra se ha hecho carne en la vida del creyente. De repente, cobró vida para el lector.

Unas cuantas cosas sobre la palabra “logos” de Dios y la palabra “rhema” de Dios

  • La palabra rhema de Dios es una palabra viva personal y la palabra logos es simplemente una promesa escrita.
  • La palabra rhema a menudo comienza como una palabra logos.
  • Una palabra logos es una palabra rhema esperando que el creyente haga algo con ella.
  • Jesús desea que nosotros hagamos lo necesario para cambiar las palabras logos a palabras rhema.

Una palabra logos es simplemente una palabra rhema que el creyente no ha desarrollado. Jesús desea hacer que cada palabra que leamos se vuelva una palabra viva en nosotros, pero es nuestra responsabilidad hacer esa transformación.

Algunos ejemplos

Para ayudarte a entender mejor el punto que estoy enseñando, veamos diferentes pasajes de las Escrituras que te ayudaran a captar el concepto.

“Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Gálatas 5:14

Si vemos bien este pasaje, podemos ver claramente el proceso de la palabra logos, convirtiéndose en palabra rhema. La ley escrita nos da la instrucción de que amemos a nuestro prójimo. Por el contexto, podemos ver que no es suficiente solamente enfatizar, que este versículo nos está diciendo algo bueno. Si solamente estamos de acuerdo con el versículo o simplemente pensamos, que es un buen versículo, no haremos lo que nos dice que hagamos, en otras palabras, la palabra no se ha vuelto carne. Para que este versículo tenga vida en nosotros, debemos poner en práctica lo que nos dice que hagamos, amar a nuestro prójimo. Eso también requiere un proceso de meditación con propósito, y llevar a cabo pasos prácticos para aplicar este pasaje en nuestras vidas. La palabra se hace carne cuando hacemos activamente lo que nos dice que hagamos.

“Por lo demás,  hermanos míos,  fortaleceos en el Señor,  y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios,  para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,  sino contra principados,  contra potestades,  contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,  contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto,  tomad toda la armadura de Dios,  para que podáis resistir en el día malo,  y habiendo acabado todo,  estar firmes. Estad,  pues,  firmes,  ceñidos vuestros lomos con la verdad,  y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo,  tomad el escudo de la fe,  con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación,  y la espada del Espíritu,  que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu,  y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”. Efesios 6:10-18

A medida que vemos este pasaje bíblico, podemos notar la importancia de aplicar la Palabra de Dios. Si bien utiliza el sentido figurativo, no sólo quiere decir que es un proceso meramente mental. Quiere decir que el creyente debe responder. El que las escrituras cobren vida, en la vida del creyente, es algo que demanda acción. La concordancia Strong también destaca un punto muy importante en referencia al rhema de este pasaje. No se refiere a la Palabra escrita como un todo, sino al hacer lo necesario para que este pasaje individual de las Escrituras sea una realidad viviente en la vida de la persona. “Debemos ponernos la armadura del Señor, debemos mantenernos firmes y debemos ponernos el escudo de la fe”. Todas esas declaraciones se encuentran en la forma verbal utilizada por la Escritura, para indicar que para estar vivo, el creyente debe hacer algo.

El proceso del “logos” volviéndose “rhema”

Como compartimos anteriormente, rhema demanda una respuesta del creyente, pero, ¿cuál es esa respuesta? En la parte final de este mensaje, quiero que veamos diferentes respuestas que la Biblia nos da para transformar el logos de Dios en el rhema de Dios.

  1. Cambiar la Palabra “logos” en la Palabra “rhema” de Dios, requiere repetición. Romanos 10:17 dice que la fe viene por el oír repetidamente la Palabra escrita de Dios. Cuando escuchamos continuamente la misma Palabra, esta cobra vida en nosotros. Podemos hacer esto al repetir continuamente la Palabra que queremos que se convierta en rhema en nuestras vidas, hasta que comencemos a creerla.

Salmo 62:11Una vez habló Dios; dos veces he oído esto: que de Dios es el poder”.

  1. Cambiar la Palabra “logos”  en Palabra “rhema” de Dios, requiere meditación.

Salmo 1:2Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche”.

La meditación es el proceso de reflexionar continuamente acerca de las cosas que la Biblia te dice que hagas. Es el proceso de ver las cosas desde muchos ángulos, con la meta de descubrir, cómo se aplica éste pasaje a ti y cómo es que puedes ponerlo en práctica, de la mejor manera.

  1. Cambiar la Palabra “logos” en Palabra “rhema” de Dios, requiere integración.

Salmo 119:9¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”.

El logos sólo se hace rhema cuando la Palabra se hace carne. Es el proceso de poner en práctica los mandamientos de la Biblia e integrar constantemente las Escrituras a la vida diaria. Dejando que cierta Escritura en particular, modele tu respuesta en cada faceta de la vida.

  1. Cambiar la Palabra “logos” en Palabra “rhema” de Dios, requiere aplicación.

Santiago 1:25 “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley,  la de la libertad,  y persevera en ella,  no siendo oidor olvidadizo,  sino hacedor de la obra,  éste será bienaventurado en lo que hace”.

Nuevamente, la meta de todo estudio bíblico y también el paso más importante para que el logos se haga rhema es que el creyente aplique la Palabra escrita de Dios.

Conclusión: Las revelaciones más profundas y las mayores bendiciones de Dios esperarán hasta que hagamos lo necesario para cambiar la Palabra logos en Palabra rhema de Dios.

 PREGUNTAS DE APLICACIÓN

La parte más importante del estudio bíblico es ponerlo en práctica. Lee las siguientes aplicaciones, responde las preguntas y aplícalas a tu vida.

1.   Escoge un pasaje de las Escrituras que quieres que se vuelva rhema en tu vida y escríbela a continuación.
2.   Escribe los puntos mencionados para transformar esa palabra logos en palabra rhema y ponlos en práctica durante la semana.
3.   Escribe los resultados que obtuviste y lo que aprendiste.


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