LA RELIGIÓN AL SERVICIO DE SATANÁS



INTRODUCCIÓN

La palabra religión deriva de su original latín “religarse”, es decir, volverse a unir. En esa incesante búsqueda del hombre de ganarse el favor de “sus dioses”, a través de los siglos han aparecido un sin fin de religiones y cada una planteando un cúmulo de formas y principios para llegar a su dios.

Sin embargo, lo único que han conseguido las religiones, es apartar al hombre aún más de Dios. Sus enseñanzas y prácticas siempre han estado lejos de lo que la Santa Escritura instruye respecto a la exclusiva manera de estar reconciliados con Dios.

La carta de Pablo a los Romanos nos presenta lo siguiente:

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles” Romanos 1 : 21-23

El texto nos señala la esencia de toda religión. Se habla de Dios, pero su culto adora a la criatura y no al Creador. Esto no solo aborda el tema del paganismo idolátrico, sino que apunta también a toda idea de que es el hombre quien puede, por méritos, llegar a Dios.

Note la inversión que el hombre realiza respecto a la creación de Dios. Dios crea al hombre a “ imagen y semejanza”, pero el hombre concibe a Dios “a semejanza de imagen”, según lo dice el texto señalado.

La religión es una fábrica de figuras, íconos, emblemas y dogmas ideados a semejanza de imagen de hombre, y estas pueden ser visible ( estatuas, imágenes, etc. ) o invisibles ( doctrinas de hombres ).

La consecuencia de este desvío es categórico: El corazón del hombre esta entenebrecido y profesando ser sabio, se ha hecho necio. De aquí se desprende todo un cúmulo de inversiones respecto al orden que Dios ha establecido en su Palabra, incluyendo las terribles desviaciones de carácter sexual que el texto detalla más adelante.

LA RELIGIÓN A TRAVÉS DE LA BIBLIA

La Biblia presenta abundantes casos de personas que pretendieron “ganarse” el favor de Dios, haciendo obras, pretendiendo pagar el don divino, ofreciendo grosuras y sacrificios, pero todo fue en vano; Dios no acepta ninguna ofrenda que no porte el sello de la figura bendita y gloriosa de Cristo.

La religión esta presente desde los inicios de la creación. Veamos el emblemático caso de Caín.

“y Caín fue labrador de la tierra….(Caín) trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová….pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya”
Génesis 4:5

La pregunta que todos, alguna vez nos hemos formulado, es el por que Dios no se agradó de Caín y de su ofrenda.

Sin dudas, todo lo que podamos ofrecer a Dios, pero cuyo origen es exclusivamente el producto de la capacidad, experiencia y esfuerzo humano, jamás es bien recibido por Dios.

Ya Pablo lo enseñaba a los Corintios cuando les decía que:

“no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios” ( 2 Corintios 3:5)

Caín revela claramente los estímulos de su corazón al llevar una ofrenda hecha por su arduo esfuerzo. Su actitud, es la médula de toda religión que pretende agradar a Dios merced a sus buenas obras, esfuerzos y justicias propias.

En contraste, vemos a Abel quien experimenta la relación pura con Dios, reconociendo que en él no hay méritos válidos para ser agradable a Dios, y apela a un sustituto inocente, ofreciendo lo mejor de sus ovejas que sin dudas, viene a ser un símbolo de nuestro bendito Salvador.

En la actualidad, se pretende comprar el favor de Dios y torcer el brazo soberano del Creador mediante sudorosas labranzas y faenas humanas, cuyo final será solo el pobre y miserable producto de hombrecitos. Lo que ocurrió con Caín, sirve para entender la fuerza y la potencia del sentir de Dios, cuando alguien pretende robarle la gloria a su amado Hijo. Tan solo recordemos cuando Moisés estropeó humanamente la simbología tras la peña desde donde brotó agua (Números 20:1-13) Esto es lo que logra la religión, reemplaza la gracia de Dios por los méritos humanos.

El pueblo de Israel constantemente dejaba ver su inclinación hacia la religión. La eterna fidelidad de Dios y la necesidad de establecer una relación estrecha con él, era reemplazada por actitudes religiosas. Recordemos sus constantes apostasías en torno al culto idolátrico de baal y otros cientos de deidades. Por ejemplo, tenemos el caso cuando Moisés sube al monte para recibir las tablas de la ley, el pueblo se corrompe y construye un becerro de oro a “semejanza de imagen” de una criatura como objeto de culto ( Éxodo 32), o una situación similar que ocurrió con la serpiente que el mismísimo Moisés construyó por orden de Dios, y que años mas tarde Ezequias tuvo que destruir porque el pueblo la estaba adorando (2Reyes 18: 4).

LA RELIGION DURANTE EL MINISTERIO DE JESÚS

Nuestro bendito Señor Jesucristo vivió en carne propia las artimañas letales de la religión. Lo curioso de su ministerio, es observar que no fue el judío común y corriente quien resistía su enseñanza; no fue el labrador, el agricultor o el curtidor, quien elevaba argumento en contra del Salvador, sino que fueron los religiosos de la época. Aquellos que profesaban ser sabios, distintos, dignos de Dios y ejemplo a los demás, fueron los acérrimos enemigos del Señor Jesucristo.

Los Fariseos, Saduceos, escribas y sacerdotes, fueron la voz de “la religión” de la época que constantemente obstaculizaba el ministerio de Cristo, incitando al pueblo, calumniando, y hasta comprando testigos falsos para condenar al Señor Jesús.

Las fuertes y enérgicas predicaciones que Cristo realizó en contra de la religión, fueron justamente dirigidas a este marco de personas. Entre las más suaves, a juzgar por nuestro lisonjero corazón humano, fueron:

“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” Mateo 15: 7-9


Cristo, cual Dios hecho carne, conocía plenamente las intenciones del corazón de los religiosos y tenía toda la autoridad de elevar tan lapidarias palabras en contra de ellos. La religión jamás anduvo con Cristo, por el contrario, fue el vehículo, en donde se transportaba el mismo Satanás.

El texto revela que la enseñanza o doctrina de la religión, son “mandamientos de hombres” ,ingrediente que vemos en la actualidad en todas las religiones, incluyendo las evangélicas. Cristo cataloga a la religión de “hipócritas” lo que significa que todo el escenario, los atuendos y producción religiosa esta a cargo de actores que utilizan máscaras para ocultar su verdadera identidad.

Lo que nos parece increíble, es ver que la religión no conforme con objetar la enseñanza de Cristo, se encumbra en una campaña abiertamente satánica que culmina con la detención y el juicio religioso y político de nuestro Señor Jesucristo. No obstante, todo esto estaba desde antes acordado por el sabio consejo de Dios ( Hechos 4: 28)

La religión incito al pueblo, elevó testimonios falsos, presionó bajo amenazas a Pilato y compró la versión falsa de los soldados que velaron en la tumba de Jesús. Si estos antecedentes no nos persuaden de que la religión es hija del padre de mentira, sería estéril seguir abordando el tema.

LA RELIGIÓN DURANTE EL MINISTERIO APOSTÓLICO

El satánico motor llamado religión, no quedó satisfecho con la muerte de Jesús. La persecución continuó hacia los discípulos y todo el ministerio apostólico. Tal cual lo analizamos en el caso de Cristo, no fueron los judíos del vulgo quienes se oponían al avance del evangelio, sino que la misma estirpe religiosa que profesaba ser sabia y piadosa, pero que sin embargo sus propios razonamientos velaban sus ojos, siendo servidores del diablo en lugar de Dios.

Veamos el caso del primer mártir del evangelio:

“Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba (Esteban) . Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio. Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés ” Hechos 6: 10-14

La religión y su cuerpo de religiosos no tolera la sabiduría que proviene de Dios. Así se deja ver en este pasaje con la experiencia de un hombre lleno del Espíritu Santo que hablaba con denuedo la eterna Palabra de Dios. Tal cual lo leemos, los religiosos sobornaron, es decir, compraron con dinero calumnias y no contento con ello soliviantaros, es decir, alteraron tendenciosamente el ánimo de los demás para atacar a Esteban, y lo llevaron al concilio.

Bien sabemos que la templanza que Dios le había dado a Esteban, desconcertaba a los religiosos. En medio de su potente y último sermón de Esteban, los religiosos se enfurecía más y más hasta el extremo de que “crujían sus dientes” ( Hechos 7: 54), situación que nos trae a la mente que el ambiente que reina en una religión es el escenario del mismo infierno. Finalmente, y acabado el discurso de Esteban, los incrédulos religiosos ( parece contradicción ) se levantan en contra de él para darle muerte:

“Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió” Hechos 7: 57 – 60


La religión se “tapa los oídos“ ante la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. La religión echa fuera, apedrea, maltrata y da muerte a los verdaderos testigos de Cristo. No obstante, dentro del trasporte satánico llamado religión, también hay escogidos de Dios que a su debido tiempo saldrán de el. Es el caso del hasta entonces SAULO, quien consentía en la muerte del “hereje” Esteban.

Como este y otros casos, el poder de la religión se mantuvo como fiel enemigo del evangelio de Jesucristo y de sus discípulos. Los personeros servidores de la religión se trasformaron en feroces jaurías de perros mutiladores del cuerpo, según lo describe el apóstol Pablo:

“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” Hechos 20: 29 -30

“Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo” Filipenses 3: 2

LA RELIGIÓN DURANTE LA HISTORIA DE LA IGLESIA

La historia de la iglesia registra de manera desgarradora los letales saldos que dejó la obra maquiavélica y satánica de la religión. La persecución de cristianos, la arremetida brutal del islamismo, las cruzadas, la matanza y exterminio de cristianos en la hoguera e instrumentos de torturas de la “santa” inquisición, la prohibición de leer la Biblia, la contra reforma a manos de los jesuitas y el exterminio de mas de 6.000.000 de judíos por manos de la filosofía de Hitler amparado bajo la bendición de Pío Xll, son algunos de los antecedentes mas preponderantes que confirman que la religión lo único que ha logrado es matar y destruir, labor tan característica en el propio satanás.

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir” Juan 10:10

En la actualidad, la estrategia de la religión al servicio de satanás, es camuflarse y hacerse pasar por cristianos legítimos. Las falsas iglesias se hacen pasar por la iglesia verdadera. La prostituta se viste elegante y pretende suplantar a la doncella iglesia de Cristo que él ganó con su sangre.

A partir de la segunda mitad del siglo XlX, emergen varias religiones que bajo un fuerte cariz evangélico, engañan a cientos de personas que manifestaban cierta simpatía por la Biblia, pero que nunca habían nacido de nuevo. El mover de los Testigos de Jehová, Los Mormones o Santos de los Últimos días, los Adventistas del Séptimo día y los Solo Jesús o Unitarios, por nombrar algunas, crecieron vigorosamente y se establecieron como grandes religiones que hasta el día de hoy constituyen el abanico de sectas con sus respectivas herejías al servicio de satanás.

Pero sin duda, que la estrategia mas efectiva y que ha dejado un saldo positivo a sus ideólogos, ha sido la impulsada por el catolicismo romano a partir del concilio Vaticano segundo. Iniciado por el papa Juan XXlll y culminado por el papa Paulo Vl, el concilio Vaticano segundo entre todos sus puntos, dio un fuerte impulso a la idea ecuménica de unir a todos los credos bajo el alero de Roma.

El movimiento ecuménico, como estrategia de unificación se inicia a finales del siglo XIX y a principios del XX. Ya en 1948, posterior a la segunda guerra mundial, líderes de diversas iglesias se reúnen en Ámsterdam (Holanda) y forman el Consejo Mundial de Iglesias (CMI). En aquella oportunidad participaron representantes de 147 iglesias de todo el mundo.

Como vemos, la idea de la unificación y de romper barreras que dividen a las iglesias, es la incesante búsqueda del objetivo que persigue el NOM. Esta organización mundial de iglesias esta promoviendo el ecumenismo y la unidad, perturbando el evangelio bíblico y la sana enseñanza legada por nuestro Señor Jesucristo.

Sin duda, que una vez concluido el concilio Vaticano Segundo, el movimiento ecuménico tomo mucha mas fuerza, con la cual emergieron hombres con cariz evangélico que empezaron ha cautivar a multitudes para arrástralas a este mover del espíritu del anti Cristo llamado ecumenismo. Ahí tenemos a personajes tan nombrados como Billy Graham, Rex Humbard, Paul Crouch, entre otros, que han sido los promotores y profetas de la unificación religiosa. Todos han estrechado su mano con el papa de Roma.

En la actualidad existe una nutrida lista de iglesias que antes se caracterizaban por su férrea postura bíblica, pero que ahora con la penetración del modernismo, el relativismo y todos los tentáculos del ecumenismo, han sucumbido increíblemente.

Es cosa de ver la participación cada vez más masiva de líderes evangélicos en eventos de corte ecuménicos promovidos por el catolicismo romano.

EL ecumenismo esta influyendo a organizaciones religiosas para intervenir literatura, educación y seminarios evangélicos, con el propósito de sembrar la cantinela de unidad por sobre todas las cosas. Ya no importa la exclusividad de la autoridad de las sagradas escrituras, ahora lo que importa es hacer caer las barreras que nos dividen, permitiendo así pavimentar el camino de entrada del anti cristo. No debemos olvidar la clara instrucción de parte Dios acerca de la urgencia de apartarnos de las falsas doctrinas. Por favor lea los siguientes textos de las sagradas escrituras: 1Tim. 4:1 / 2Tim. 3: 3 – 4: 1-4 / 2 Cor. 6:17 / 2 Juan 9-11

Ya no es la persecución ni la matanza, la estratagema de la religión, ahora es el “palmoteo” en la espalda y la inclusión en mega eventos bajo la consiga de “todos juntos podemos conquistar el mundo para Cristo” , linda premisa, pero lejos de lo que la Palabra de Dios enseña. Ante este panorama atractivo, los líderes contemporáneos han sucumbido y ya se han vestido según los atuendos de la falsa iglesia y religión al servicio de satanás.

LA RELIGIÓN EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE

La religión mana directamente desde el corazón del hombre. La idea de elevar la capacidad humana por sobre la gracia de Dios, tiene su origen en nuestro perverso y pecaminoso corazón. Por esta razón, es necesario atender y aceptar las claras advertencias que la Biblia señala respecto a esto, porque cualquiera de nosotros podría sucumbir ante las directrices religiosas de nuestro corazón. Pablo le decía a Timoteo:

“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello…” 1 Timoteo 4: 16


Parece increíble la declaración de este texto. Existen miles de peligros que nos asedian, existen miles de situaciones adversas que nos estorban, existen miles de perversas artimañas que atentan contra nuestra vida, pero jamás nos imaginamos que muchas de ellas manan desde lo mas interno de nuestro ser.

El peligro, muchas veces, esta en nosotros mismos y es por esa razón que el apóstol Pablo se lo declara con tanta precisión a su amado Timoteo. Dicha advertencia nos invita a desconfiar hasta de nosotros mismos, porque nuestro corazón es fabricante de religiones al servicio de Satanás.

¿Es que acaso nuestro corazón nos puede engañar? Por cierto que sí. Jeremías dice:

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9)

A MODO DE CONCLUSIÓN

El titulo de este artículo es bastante claro y fuerte: La religión al servicio de satanás. Todo lo que ha hecho y que esta haciendo la religión tiene como fruto la muerte, la confusión, las herejías y los engaños, y nada de lo que produce glorifica a Dios sino mas bien, ensalza al hombre y lo eleva a tal punto de hacerlo merecedor del favor divino. ¡Qué insulto al Señor! La religión no pudo, no puede ni podrá, con sus adornos, su concomiendo, sus pompas ni con su acaudalada cuenta bancaria, sustituir lo que Cristo hizo en la Cruz.

Aunque la religión hable de Cristo y de la Biblia, mientras mantenga como columna sus propias tradiciones y dogmas, no dejarán de ser ideologías de hombres al servicio de Satanás, y cuyo destino es la condenación eterna. Que Dios nos ayude a hacer como decía Pablo:

“porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” 2 Corintios 10: 4-5

SOLO POR GRACIA
http://iglesiaapologetica.galeon.com/aficiones1785838.html


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