Jeronimo había desordenado toda la habitación, es un niño inquieto, sus 4 años no son impedimento para dar vuelta toda una habitación.
Cuando se acaba la visita a mi casa, (dicho sea de paso, la habitación dada vueltas es mía) la Mami lo manda a ordenar los libros del estante que bajo y tiro por el suelo.
Jeronimo: Mami pero si levanto los brazo me voy a cansar!
Mami: Si pudiste bajarlo, podes usar los brazos para subir los libros al estante.
Cuando termino de protestar, fue y acomodo todo en su lugar, al finalizar vino feliz y recibió un beso de felicitaciones de su Mami.
Me quede pensando, con el pecado desordenamos nuestras vidas, en lugar de traer bendición, traemos hacia nosotros conflictos, y consecuencias, lo mismo sucede, cuando Dios nos prueba, pensamos que tenemos la habitación en orden y de pronto se caen los estantes en el suelo.
¡Como cuesta levantar los brazos en adoración pero es mas fácil: quejarnos y quejarnos ¡no podre! ¡me cansare! la queja es natural en el hombre, pero no así la adoración.
Cuando el SEÑOR ordeno al pueblo Hebreo salir a la tierra prometida, hubo mas quejidos que otra cosa, sin embargo Moisés se postraba ante la presencia de Dios, de todos los israelitas, era el único que entraba y veía a Dios cara a cara ¿porque? ¡PORQUE RECONOCÍA A DIOS EN PRIMER LUGAR ¿como? Alzando los brazos y poniendo orden, Dios primero luego yo.. cuando adoramos ponemos la habitación en orden y recibimos el beso de Papito Dios.
Nadia- una Misionero Cibernetica.
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