Las grandes ocupaciones

No son las grandes ocupaciones el construir un edificio o dirigir una empresa. Para ustedes dos, hoy se resume en una palabra: jugar. Y jugar implica crecer, conocer, descubrir. Pero en ese juego a veces se estimulan tanto. Tú, chiquita, quieres beberte todo con los ojos. Tú, mi niño, deseas aprender todas las palabras que escuchas y que son nuevas para ti.

Entonces llega la noche o la hora de la siesta, y sus mentes ocupadas no pueden descansar. En cierto modo, es un paso más al mundo de los adultos, los que nos encontramos de frente con el insomnio porque cientos de pensamientos y preocupaciones rodean nuestra mente.

Me gustan la canciones de cuna, y en especial esta. Manitas ocupadas, piecitos ocupados, mente ocupada, descansen. Ya habrá tiempo de descubrir más, de jugar más, de saber más. No se preocupen, no se angustien, mañana será otro día.

En ocasiones por las noches, cuando descanso la cabeza sobre la almohada, parece que escucho las mismas palabras de esta canción de labios de mi Dios. «Descansa, deja de pensar, yo me encargo». ¿Y cuál es mi gran ocupación? ¿Jugar? ¿Aprender? ¿Conocer? El catecismo de Westminster lo resume bien:

¿Cuál es el fin principal y más noble del hombre?
El fin principal y más noble del hombre es el de glorificar a Dios y gozar de él para siempre.



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