Estoy predicando en una localidad bien conocida de la geografía española. Los hermanos me han invitado, conocen mi canal de Youtube, donde expongo mis predicaciones. Aprovechando que estoy allí me invitan a una iglesia que es nueva, aunque ya son 60 miembros.
Quedo con el pastor, un hombre jóven que se está dejando la piel en su trabajo pionero, además de trabajar a tiempo completo en una empresa, con la que provee para sí mismo y su familia. Tomamos algo antes de salir en coche a recoger a algunos hermanos.
Hablamos de libros, de predicadores. De forma directa comienza a preguntarme mi posición sobre algunas cuestiones que considero elementales, como la inspiración de la Biblia.
-¿Que cual es mi posición?, creo en la inspiración plenaria y verbal, ¿no hay otra posición como evangélicos, verdad?- le digo.
El hermano está hablando en serio, al parecer en la zona en la que el ministra ese convencimiento, tradicionalmente sostenido con fervor los cristianos evangélicos ha caído en el olvido. El joven pastor pasa a comentarme algo tan preocupante como triste.
Al parecer el seminario de su denominación, que siempre ha sido un baluarte de la pureza evangélica y la sana doctrina, ya no lo es más. Están enseñando liberalismo, los profesores defienden que la Biblia no es inspirada en su totalidad, que tiene elementos humanos mezclados. Por lo tanto los graduados del seminario salen cortados por el patrón liberal, y de hecho pastores de importantes iglesias ya están enseñando esto.
Me quedo atónito.
-En el pasador decir que uno pertenecía a mi denominación era garantía de sana doctrina, hoy hay que preguntar más a fondo, ya que no es garantía de nada.
La pureza de nuestro mensaje cristiano es la fuerza de nuestras iglesias locales. Si los pastores enseñan que la Biblia no es inspirada sino que «contiene» la Palabra de Dios, como dice mi hermano, somos nosotros los que juzgamos a la Biblia, y no la Biblia la que nos juzga a nosotros.
Este mensaje aguado contamina moralmente nuestras vidas, ¿qué sentido tiene vivir en santidad si no hay texto que lo apoye?, ¿qué sentido tiene luchar por el matrimonio?, ¿qué sentido tiene predicar a Cristo Jesús como el único camino hacia Dios Padre?. No, nada de eso tiene sentido.
Con todo, esto estaba profetizado. No vendrá el Señor sin que antes venga la apostasía. Esta apostasía (alejamiento de la fe) es la señal de la inminente Venida. Iglesias que tienen el nombre de cristianas, pero en realidad no lo son, pastores que predican humanismo y no la fe una vez dada a los santos, no creyentes que son engañados y piensan que son salvos, cuando están en hiel de amargura y prisión de maldad.
Pero en medio de un mundo lleno de la cizaña de falsas iglesias, se encuentra un remanente de escogidos, quienes son apartados, despreciados, ignorados, malinterpretados y perseguidos, a estos recogerá el Señor antes que la tierra sea segada, y las copas sean derramadas.
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