MARCOS ESTUDIO 10: LAS COSAS QUE PEDIMOS

No sabéis lo que estáis pidiendo.

Estas son las palabras que dirigió Jesús a Santiago y Juan en respuesta al deseo de ambos de ocupar el segundo y tercer puesto en el Reino de los cielos.

Esto me ha hecho pensar hasta que punto las cosas que pido, o dejo de pedir, reflejan el tipo de seguimiento de Jesús que tengo o cómo comprendo la fe cristiana.

No voy a decir que hagamos un análisis de los demás en base a lo que piden o dejan de pedir. No sería conveniente por dos razones, la primera, porque sólo podríamos hacerlo en base a la oración pública y desconoceríamos totalmente lo que sucede en la privacidad de la relación con Jesús. La segunda, porque siempre somos más duros en la evaluación de los demás que en la nuestra propia.

Por eso, a lo único que podemos aspirar es a vernos a nosotros mismos desde la postura del observador. Escuchar nuestras oraciones, ver qué cosas pedimos, qué le comentamos al Señor, qué temas nunca aparecen, de qué modo nuestras súplicas reflejan lo que hay en el corazón de Dios de modo que nuestra oración se alinea con su voluntad.

Tal vez esta simple y sencilla evaluación nos ayudaría a mejorar la forma en que oramos y nos relacionamos con Jesús. A menudo, las cosas sencillas marcan grandes diferencias.

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