MARCOS ESTUDIO 15: PLATOS ROTOS

Pero Jesús, lanzando un fuerte grito, murió.

Somos reconciliados en nuestra relación con Dios por medio de la gracia, es decir, sin que nosotros hagamos absolutamente nada para merecerlo, aún más, a pesar de que no lo merecemos en absoluto, así de escandalosa es la gracia.

Sin embargo, aunque la gracia es gratuita, libre para aquel que la recibe es costoso, a menudo, muy costosa para aquel que la otorga porque siempre hay un precio que pagar, porque siempre hay alguien que tiene que pagar para que otro pueda disfrutar de forma gratuita.

Por eso, al leer este pasaje del evangelio de Marcos venía a mi mente la expresión castellana pagar los platos rotos. Esta expresión la usamos cuando algo ha sucedido y alguien debe asumir la responsabilidad por las consecuencias que de ese hecho se han derivado. Alguien ha de hacerse responsable, alguien ha de pagar la factura, alguien, en definitiva, ha de pagar los platos que se han roto.

Al ver el mundo roto en el que me ha tocado vivir me doy cuenta que la humanidad -yo incluido- tiene muchos platos que han de ser pagados. Alguien tiene que responsabilizarse de tanto dolor, sufrimiento, injusticias, opresión, violencia, abuso, pobreza, maltrato y otros elementos de la lista interminable del horror humano.

En la cruz veo a Jesús pagando los platos rotos para que la humanidad pueda ser reconciliada con Dios, para que podamos experimentar esa gracia que nos transforma y nos permite movernos hacia ser aquello que Dios tenía en mente y el pecado hizo inviable.

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