Mateo capitulo 18


Bendiciones hermanos.



Continuamos con la lectura del libro de Mateo, Hoy con el capitulo 18, que contiene cinco temas como, ¿quién es el mayor?, ocasiones de caer, parábola de la oveja perdida, cómo se debe perdonar y parábola del siervo que no quiso perdonar.

Padre nuestro gracias hoy te damos por este nuevo día en el que podemos comenzar alabándote y adorándote, te pedimos tu guía para la lectura del día, que tu Espíritu este revelándonos tu palabra para que podamos utilizar ese conocimiento que solo viene de ti para tu obra, cubre este foro por el cual llevamos tu palabra por el mundo y guárdanos de todo mal, te lo pedimos en el nombre de Jesús amen.


Mateo
Capítulo 18

¿Quién es el mayor?
(Mc 9.33-37; Lc 9.46-48)


18:1 En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?


18:2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,


18:3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.


18:4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.


18:5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.


Ocasiones de caer

(Mc 9.42-48; Lc 17.1-2)



18:6 Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.


18:7 ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!


18:8 Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.


18:9 Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.


Parábola de la oveja perdida

(Lc 15.3-7)



18:10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.


18:11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.


18:12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?


18:13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.


18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.


Cómo se debe perdonar



18:15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.


18:16 Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.


18:17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.


18:18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.


18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.


18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.


18:21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?


18:22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.


Parábola del siervo que no quiso perdonar



18:23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.


18:24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.


18:25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.


18:26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.


18:27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.


18:28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.


18:29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.


18:30 Más él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.


18:31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.


18:32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.


18:33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?


18:34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 18:35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.


Notas:


Mateo 18:1 Cuarto discurso principal de Jesús sobre lo que significa pertenecer a la comunidad de sus discípulos (cap. 18); véase Introducción.

Mateo 18:1 Lc 22.24.

Mateo 18:3 Mt 19.13-14; Mc 10.15; Lc 18.17. Jesús presenta como modelo a los niños, pues estos tienen una actitud de absoluta confianza y de humilde dependencia.

Mateo 18:6 Estos pequeños: Se aplica a los creyentes humildes y sencillos como niños (Mt 10.42; 25.40,45). Piedra de molino de asno: piedra superior de los molinos antiguos, que movida por un asno, se hacía rodar sobre la piedra inferior.

Mateo 18:7 Los tropiezos: Véase Lc 17.1 n.

Mateo 18:9 Exageración intencional llamada hipérbole; véase Mt 5.29-30 n., y cf. Mc 9.43-47. Infierno: véanse Mc 9.43 nota u y la Concordancia temática.

Mateo 18:10 En el judaísmo se decía que solo los ángeles de más alta categoría pueden ver el rostro de Dios. Jesús señala que a los pequeños se les da el privilegio de tener como protectores a estos ángeles. Sobre los ángeles, véase Concordancia temática.

Mateo 18:11 Este v. no aparece en diversos ms. Lo que se había perdido: es decir, los pecadores. Cf. Lc 19.10.

Mateo 18:12 Con respecto a la imagen del pastor, cf. Is 40.11; Ez 34.16, y véase Lc 15.4-7 n. A diferencia de Lc, en Mt la parábola se refiere a la consideración que se debe tener por los descarriados de la comunidad (cf. los pequeños del v. 10).

Mateo 18:14 Estos pequeños: Véase 18.6 n.

Mateo 18:15 Lv 19.17

Mateo 18:16 Dt 19.15; 1 Ti 5.19.

Mateo 18:17 La iglesia o comunidad que reúne a los creyentes en Cristo. Véase 16.18 nota n.

Mateo 18:18 Mt 16.19 n.; Jn 20.23. Aquí, a diferencia de Mt 16.19, los verbos atéis y desatéis están en plural, dirigidos a todos los discípulos.

Mateo 18:19 Mt 7.7; Mc 11.24; Jn 14.13-14; 16.23; 1 Jn 3.22.

Mateo 18:22 Setenta veces siete: otra posible traducción: setenta y siete veces. El uso de un múltiplo de siete, número que simbolizaba la perfección, es una manera de decir que para el perdón no debe haber límites. Cf. Lc 17.3-4.

Mateo 18:23 La parábola continúa el tema del perdón, tratado en 18.21-22.

Mateo 18:24 Diez mil talentos (véase Mt 25.15 n.). Un talento equivalía a seis mil denarios (o el salario por seis mil días de trabajo). Diez mil talentos equivaldrían a sesenta millones de denarios. La diferencia entre esta suma y la del v. 28 (lit. cien denarios) es intencionalmente exagerada. (Véase Tabla de pesas, medidas y monedas).

Mateo 18:28 Cien denarios, equivalente a unos tres meses de trabajo de un jornalero (véase 18.24 n.).

Mateo 18:34 Jesús alude al uso que algunos déspotas orientales hacían de la tortura, mediante la cual obligaban a un deudor a revelar el monto total de sus bienes.

Mateo 18:35 Mt 6.14-15.




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