Me hicieron el día

Existen momentos inolvidables por lo que alguien alguna vez hizo por nosotros.

Recuerdo a Aury la coordinadora de teatro en la Fráter de aquel entonces. Se me acercó y me dijo: me han pedido que consiga un niño que predique en la radio Alianza un domingo por la mañana y quiero que seas tú. Tenía sólo 11 años de edad y Aury pensó y creyó en mí. Prediqué por primera y el tema fue “El barranco del pecado” basado en el Salmo 119:105.

Recuerdo al misionero estadounidense Wayne Myers, quien muchos años antes me ofreció que al graduarme del colegio me conseguiría una beca trabajo para estudiar en el instituo bíblico Christ for The Nations y cuando me gradué y lo llamamos con mi papá, me la consiguió.

Recuerdo al Pastor Carlos Ortiz quien en un restaurante Dennys mientras cenábamos con un amigo del Salvador en 1995, se nos acercó y sin siquiera conocernos nos dijo: los escuché hablar, ustedes son cristianos, los invito a comer a mi casa y nos entregó su tarjeta de presentación. No sólo fuimos a comer a su casa, él nos cocinó. También ese día conocimos al predicador Joe Rosa quien visitaba a su amigo Carlos.

Recuerdo a mi amigo Frank quien durante dos años seguidos mientras estudiaba en el instituto bíblico me llevó a su casa que estaba a 10 horas de donde vivíamos y su familia me recibió como si fuera uno de ellos. Comí deliciosa comida mexicana, manejé un tractor de su granja y nos reímos a carcajadas alrededor de la mesa.

Recuerdo a una pareja de matrimonios puertorriqueños que conocí por mis papás en un viaje a Puerto Rico. Se enteraron  que estaba en el instituto bíblico y por 16 meses ininterrumpidos recibí como regalo $ 100 cada mes. No sólo me bendijeron a mí, sino a todos los becados que cenaron alguna vez conmigo un domingo en la noche, día en que cerraban la cafetería y la mayoría de becados ayunaban pero no por voluntad propia sino porque no había cena.

Cada una de estas personas, con sus acciones y amor me hizo el día. Y así como lo hicieron conmigo, Dios me ha permitido hacerles el día a otros al amarlos y ser generoso al suplir sus necesidades.

Aunque nadie sabe la fecha exacta en que Jesús nació y sabemos que cada día nace en el corazón de todo aquel que se arrepiente de sus pecados. En este fin de año, que celebramos Su nacimiento, amemos a los demás con nuestras palabras pero también con nuestras acciones. Brindemos amor y todo tipo de regalos que bendigan a los más necesitados y desposeídos que podamos bendecir. Y que no sea sólo en ésta época, sino que se convierta en un hábito de vida.

“Nadie ha visto jamás a Dios, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente.” 1 de Juan 4:12 NVI

¿A quién le hará el día? ¿Cómo mostrará el amor de Dios?

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