¿Mi otro yo?


«El autor nunca dará lo mejor de sí mismo mientras no cese de pensar en sus lectores – en su editor – y en su editorial – sino para ese otro yo con el que el artista creativo está siempre en misteriosa correspondencia, y que, felizmente, tiene una existencia objetiva en algún sitio y recibirá algún día ese mensaje que se le envía, aunque tal vez el emisor no llegue nunca a saberlo». Edith Wharton

Así que, en estos días, quiero empezar a escribir para ese «otro yo». Me he dado cuenta que la inspiración no fluye igual cuando se trata de agradar a alguien. Supongo que mis heroínas literarias no trataban de encajar con una editorial, ni hacer sonreír o llorar a su editor, y que mucho menos se frustraban pensando en los lectores.
Jane Austen, Charlotte y Emily Bronte, Madeleine L’Engle, Elizabeth Gaskell solo escribían esa historia que ardía en su pecho y se atoraba en la garganta tratando de fluir. Me parece que en este mundo moderno se ha frustrado mucho el proceso creativo por causa de fechas de entrega, de vender lo que el público quiere, por encabezar la lista de best-sellers.
Curiosamente, muchos de los libros que hoy valen la pena no fueron conocidos o ensalzados en su tiempo. Así que, no me apuro, no corro, sino solo me siento y escribo para mi «otro yo».

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