• He aquí, os digo un misterio: todos seremos transformados, en un momento… los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. – 1ª Corintios 15:51-52.
La Biblia nos revela un segundo misterio: los hombres serán hechos semejantes a su Salvador. “Sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1ª Juan 3:2). Jesucristo “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Filipenses 3:21). ¿Cuándo tendrá lugar esa transformación?
Cuando Cristo venga a buscar a los suyos. Los que murieron en la fe serán resucitados y revestidos de cuerpos gloriosos: sembrados con un “cuerpo animal”, resucitarán con un “cuerpo espiritual” (1ª Corintios 15:44), es decir, liberados de todas las leyes de la naturaleza, al igual que el de Jesús después de su resurrección. Ya no tendrán necesidad de nada y vivirán para siempre.
Al mismo tiempo, los creyentes que estén vivos serán “transformados” y revestidos de un cuerpo glorioso. Y todos juntos irán al encuentro de su Señor en el aire. Allí, en la casa del Padre, estarán para siempre con él. “Así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial” (1ª Corintios 15:49).
Pronto Jesús de los cielos vendrá,
Dulce es pensarlo y gran gozo nos da;
Transformarános su rostro al ver,
Ésta es la meta al fin del correr.
(Himnos y cánticos 187)
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