NOS GUSTE O NO

A veces, con mis escritos, a algunas personas les parezco demasiado duro cuando hablo o escribo sobre las relaciones interpersonales. Pareciera que por ser pastor debo hablar solo cosas que suenen «evangélicas». Y es que carecemos a veces de una perspectiva muy amplia sobre lo que el Señor nos enseña sobre ese tema… No queremos ver que aun Jesús tuvo que entristecerse cuando aquel jovencito rico no quiso dar un paso más hacia el Reino de su Padre. Prefirió su dinero o su estatus pero no satisfizo la demanda de Jesús. ¿Y qué hizo Él? Lo dejó ir. A Judas le dijo lo mismo. Si tienes que irte, hazlo ahora. A Pedro también le repitió lo mismo: ¿Quieres irte tú también? Las relaciones interpersonales se componen de dos vías… Es una calzada de doble vía. Nadie puede vivir o convivir con una persona que no tiene su carril sincronizado con el nuestro. Existen las bifurcaciones. Las curvas. Las esquinas. Mi esposa me lo repite con frecuencia y debo admitir que así es. La vida fue hecha de esa manera y cuando no funciona así, es el momento de reordenar las relaciones. O, mejor dicho, las amistades… Vea esto: En USA y otros países las estaciones están bien definidas. En Latinoamérica no. Por eso nos cuesta visualizar este fenómeno. Pero imaginemos lo que sucede en aquellos lares…Cuando llega la primavera, la limpieza comienza. Entendemos que esto significa deshacerse de la ropa que ya no nos queda bien, así como de los trastos inútiles. Pero también es un buen momento para ordenar las cosas espiritualmente. Todos tenemos relaciones que ya no nos «quedan». Hay tres tipos de estas relaciones: 1) Es una calle de dos direcciones: Hay reciprocidad.
2) Es una calle de una sola dirección:  Usted espera que las cosas puedan cambiar; que puede haber oportunidad de reciprocidad.
3) Es una calle sin salida: Usted tiene relaciones con las que simplemente no quiere tratar más, o le gustaría acabar con ellas pero siente que no puede cortar la conexión por el motivo que sea. Éste es el momento de limpiar nuestras relaciones que carecen de esperanza de tener algún día una reciprocidad. Recuerde que las relaciones que limpiamos en nuestra vida no son negativas. Las personas no son negativas; es la combinación entre ambas la que no funciona. El problema es que estas conexiones pueden llevarnos a un lugar negativo. Si entendemos realmente este concepto, también nos daremos cuenta de que si nos estamos aferrando a una relación, persona o situación que ya no encaja con nosotros, significa que otra persona que necesita esta conexión no la tiene. Significa que estamos literalmente bloqueando esa oportunidad para esa persona. Tenga la seguridad de que la persona de la cual está decidiendo separarse ESTARÁ perfectamente con otra persona. Otro amigo. Otro maestro. Ya sea una relación romántica, una relación de negocios una relación religiosa o una amistad, si sabemos que ha dejado de encajar con nosotros, es momento de dejarla. ¿Estaré siendo demasiado pragmático, acaso? ¿O realista? ¿Qué dice usted?

 

 
 

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