Si vienes con nosotros, compartiremos contigo el bienestar que el Señor nos depare.
Este fue el compromiso que Moisés tomó con Jetro cuando comenzaron a moverse por el desierto hacia Parán. Compartiremos contigo aquello que el Señor nos de a nosotros.
Un principio claro, contundente y fácil de aplicar, comparte con aquellos en necesidad lo mucho o lo poco que el Señor te haya provisto. La tentación y lo que el sentido común de la sociedad en la que vivimos nos indica es que compartamos una vez que nuestras necesidades estén satisfechas, algo, en ocasiones, harto difícil porque la misma sociedad está orientada a generar más y más necesidades en una espiral que nunca acaba. La Palabra enseña que compartamos aquello que tenemos.
El principio también puede ampliarse y no limitarse únicamente a compartir lo material. Dios nos ha bendecido espiritual, social, emocional e intelectualmente. Siempre hay personas a nuestro alrededor que precisan de ser ministrados en alguno de esos ámbitos.
Creo, para terminar, que la enseñanza es compartir aquello que nos ha sido dado, sea mucho o sea poco, sea material espiritual, emocional, social….
¿Qué has recibido, qué puedes compartir hoy?
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