de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar
la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
EFESIOS 4.1–3
Tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá
multitud de pecados.
Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.
Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros,
como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
1 PEDRO 4.8–10
1 PEDRO 4.8–10
Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre
lo bueno unos para con otros, y para con todos.
1 TESALONICENSES 5.15
Restaurar relaciones rotas
Jesús describió a sus seguidores lo que Él había venido a hacer.
Vino a establecer una relación con la gente. Vino a erradicar la enemistad,
la rivalidad, el aislamiento que existía entre Dios y el hombre.
Una vez que llenó aquel vacío, un vez que superó aquello, dijo: «Os llamaré amigos».
Para restablecer una relación es esencial comprender que no hay amistad perfecta, ni matrimonio perfecto, ni persona perfecta.
Con la determinación de hacer que la relación sea buena, puedes desarrollar tratados de paz, de amor, de tolerancia
y armonía para transformar una situación difícil
en algo hermoso.
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