Pureza Sexual … CUANDO LA LUJURIA SEXUAL TE ANESTESIA

Saludos nuevamente a todos ustedes que defienden día a día su pureza sexual…

 

Evitamos el dolor.  Hacemos lo que sea necesario para escapar de él.  Sin embargo, el dolor es una parte constante de nuestra vida.  Tiene que ser así, porque no podríamos apreciar el gozo y la alegría que llega a nuestra vida si el dolor no nos diera un punto de comparación.  Aún así, estos tiempos idolatran el placer y la sensualidad a tal grado que pretendemos desterrar al dolor de nuestra vida de cualquier manera posible.  Años atrás, caí en la trampa de pretender desterrar mi dolor mediante la lujuria sexual.  El sexo compulsivo me hacía escapar de mi realidad y de todo el dolor que entraba a mi vida.  Crecí en un ambiente donde la violencia y el abuso sexual me oprimían.  En ese tipo de ambiente, la lujuria sexual era el vehículo perfecto para escapar, para viajar a mundos lejanos y fantasiosos donde nadie pudiera hacerme daño.

Con el paso de los años, la fantasía sexual, la masturbación, la pornografía eran las naves espaciales que utilizaba para escapar del dolor.  El problema es que la lujuria sexual sólo provee una cura superficial y de poco tiempo para nuestro corazón herido.  Pero una vez nuestro corazón se ha acostumbrado a esta cura, recurriremos a la lujuria sexual repetidamente para anestesiarnos.  Así, fui encadenándome s al sexo, pensando que allí estaría mi cura.

Hoy puedo entender que no tengo que escapar del dolor, sino que estoy llamado a enfrentarlo y crecer mediante él.  El sexo ya no es un vehículo de escape en mi vida ni una anestesia para alejarme del dolor.  Hoy, el sexo no me esclaviza.  El sexo es parte integral de mi humanidad, pero Dios no lo diseñó para que lo abusara y lo convirtiera en una vía de escape que me aleje de mi realidad y de las situaciones que tengo que enfrentar.

Hoy te pido que reflexiones sobre tu sexualidad y si utilizas el sexo para anestesiar tu dolor o para escapar de él.  Aunque veas en el sexo esa fuente de anestesia, reflexiona sobre el costo que esa anestesia envuelve.  Y como todas las drogas que prometen una escapatoria fugaz, el abuso de ellas causará que desarrolles una resistencia que te obligará a usar más y más de la misma droga.  ¿Es el sexo tu droga favorita?  Así fue en mi vida y aún cuando pensé que la podía controlar, la podía dominar, acabé controlado y dominado por ella, hasta convertirme en una marioneta sin voluntad propia.

Hoy pido a Dios que te permita salir de la prisión del sexo, si es que te encuentras allí; que puedas comprender que un sexo que se abusa acaba esclavizándonos.

 

Un abrazo,

Edwin Bello
Fundador

Pureza Sexual…  ¡Riega  la  Voz!

Puede visitarnos en www.hombresdevalorhombresdeverdad.com


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