¡Qué carga tan pesada!

“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca” (Isaías 53:6-8).
 
“Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz” (Marcos 15:21).

Luego de ser azotado, escarnecido y golpeado, el Señor Jesucristo, sale por las calles de Jerusalén, llevando la cruz donde sería clavado. ¿Cuánto pesaría esa cruz de madera? Seguramente era lo suficientemente pesada, para que cualquier hombre que pudiera cargarla por un largo trecho, desmayara bajo su peso.

Y mucho más se sentiría su peso, ante la debilidad general provocada, por los latigazos y los golpes impartidos por los soldados romanos en el cuerpo de Cristo.

Aquel que dijo un día al paralítico: “Levántate y anda” ¿No podía hacer que sus piernas tuvieran la fortaleza para soportar el peso de la cruz? Aquel que tenía poder para calmar el viento, y las olas del mar… ¿No podría haber llevada la cruz sin inmutarse en los más mínimo? Sin embargo, Jesús el Hijo de Dios, creador de este mundo, se somete a debilidad por amor a nosotros.

No se valió de su poder para evitar sus propios sufrimientos, aunque podía hacerlo. Pero la carga mayor que tenía que realizar no consistía en una cruz de madera. Sus peores sufrimientos no eran los clavos y la corona de espinas.

Había algo más doloroso que tenía que cargar: ‘Tu pecado y el mío…’. Dos hombres subieron el monte del calvario, uno era Simón (de la ciudad de Cirene), un simple ser humano, y el otro era Jesús. (Aunque humano también Dios) Simón Cireneo solo podía acompañarlo cargando la cruz de madera. Pero cuando llegaron a la cima del monte Gólgota, ya nada mas pudo hacer, el trabajo de cargar con los pecados de la humanidad solo podía hacerlo una sola persona, santa y sin pecado: ¡JESUCRISTO!

Estimado peregrino, ¿Te quejas de la cruz que tienes que llevar en esta tierra? ¿Es muy pesada para ti? Quiero que sepas que cualquier aflicción que sufras, no se puede comparar con los sufrimientos del Salvador, cargando el pecado de nosotros.

Los ojos humanos solo pueden contemplar la crucifixión externa, pero la carga de los pecados. Solo pueden ser contemplados con los ojos del alma. Solo Dios nos puede conducir a la cruz de Cristo, y mostrarnos lo que allí se efectuó a favor de nuestra alma.

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

 
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:6-11). 
 
Solo la Palabra de Dios, puede abrir nuestros ojos espirituales, para despertar un verdadero arrepentimiento, y una verdadera fe en el Salvador. Su amor y misericordia siguen firmes como hace casi 2000 años.
Si bien el Señor fue crucificado en flaqueza y debilidad, venció a la muerte, resucitando de los muertos.

Amado peregrino, ¿Te oprimen tus pecados? ¡Ojala seas libre de esta terrible carga! Ve hoy a llevarle tus pecados a Cristo, porque Él tiene poder para cargarlos y deshacerlos. “Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios.

 
Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros” (2Corintios 13:4). No lo pienses dos veces, ven hoy a Jesús, es tú oportunidad. Dios te bendiga.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.