RESILIENCIA

Hay situaciones de quebranto y esta es el escenario perfecto para que la desazón haga su entrada triunfal; están dadas las condiciones para que el hastío se presente en todo su esplendor. El momento ideal para la frustración y el típico pensamiento de quien permite que el quebranto se torne en derrota: “abandono esta balsa”.
Ahora, después de mirar con detalle esta situación… Hago silencio, te explico en tono descriptivo todo lo que contiene el vaso de mi alma, vaso que está desbordado de emociones encontradas, es una tormenta de ideas, Señor me puse a escuchar la tormenta, y obvie la orden que me diste en días pasados de “pasar al otro lado” .
Honestamente, también te lo dije: “Hay un límite… y estoy justo allí”. Te he explicado de mil formas que esta situación me supera y que hace mucho, pero mucho tiempo no experimentaba este nivel de  desconcierto e inconformidad. Levanté gritos de transparencia en tu presencia, no me quejé, pues evidentemente tú no tienes la culpa de que los humanos no hagamos lo que deberíamos hacer… Te dije lo que pienso y tú guardaste silencio mientras mi boca se llenaba de palabras de inconformidad. Eres tan comprensivo, tan misericordioso.
Una vez terminé mi exposición… Tú me miraste, sonreíste y me hiciste saber: “entiendo perfectamente esa sensación que tienes… la he tenido yo contigo”. 
Yo, ya no tengo más palabras, solo escucho y entonces, traes a mi mente esta palabra: “RESILIENCIA” ya una vez me la mostraste y se la enseñé a mi hija, la analizamos juntas y vimos lo majestuoso de su significado, si la leí, la interprete, pero no la internalice, tu sabìas que me iba a hacer falta más adelante. 
“Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.”Las personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es; tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido; y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.
¿En serio? ¿Eso es lo que tienes para decirme? Perfecto. Entiendo tu punto, seré resiliente, desarrollaré una actitud de flexibilidad y me sobrepondré a este escenario… Que grande eres Señor, hoy mientras meditaba en esta palabrita me regalaste esto:
“Mira, hoy te he hecho fuerte,
como ciudad fortificada que no se puede conquistar,
como columna de hierro o pared de bronce.
Te enfrentarás contra toda esta tierra:
contra los reyes, los funcionarios, los sacerdotes y el pueblo de Judá.
Ellos pelearán contra ti, pero fracasarán,
porque yo estoy contigo y te protegeré.
¡Yo, el Señor, he hablado!” Jeremías 1.18-19
Sé que estás conmigo, eres mi fortaleza y mi ayuda. Estás por encima de todo y todos, estás por encima de mis ideas y vista corta… Tú ves más allá, es en ti que se puede ser resiliente, es a través de ti que me sobrepondré, es con tus ideas que seré flexible, y es que tú ya sabes lo que yo no veía , que estaba en VICTORIA.
La victoria tiene un nombre y, evidentemente, no es el mío, ni el de aquel, ni el de este otro; solo tu nombre JESÚS y contigo es que  estamos en VICTORIA.
Tú eres el escenario de la VICTORIA. Habito en ti. Descanso en tus ideas. Mi mirada está puesta en ti y no en los hombres. Tú eres la respuesta y no yo.
Tú eres el escenario.

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