Restituiré los años

 

“Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado”. Joel 2:25-27

   

En mi mensaje anterior escribí sobre los “espíritus que roban la bendición”  (http://abdielsalas.obolog.com/espiritus-roban-bendicion-1184519) basado en Joel capitulo 1. Me ha emocionado tanto este tema que Dios me ha inquietado a seguir hablando de lo escrito por el profeta Joel ahora con el capitulo 2. Lo creas o no esto ha traído una revelación interesantísima para mi vida. Ahora entiendo el porqué de muchas tragedias y carencias que vive la gente, las familias y aun los pueblos o naciones enteras.

En el primer capítulo Joel llama a la gente a que reaccionen y vean la calamidad que ha traído su comportamiento. Y Dios le habla fuerte a su pueblo:

“Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca”. Joel 1:5

La genta había caído en un adormecimiento espiritual, se embriagaban por cualquier cosa, es decir vivían auto complaciéndose a tal grado que se embriagaban por todo y sobre todo de pecado. Se habían olvidado de obedecer a Dios y reconocerle de corazón. Dios les habla a través de Joel y les pide que clamen, que oren y que ayunen antes que venga el día de la destrucción repentina o día del Juicio para los malvados. Y así comienza el capitulo dos.

 

Llamamiento al arrepentimiento:

 

 1 Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. 2 Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones.   3 Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.  4 Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correrán.  5 Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla.  6 Delante de él temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos los semblantes.  7 Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán el muro; cada cual marchará por su camino, y no torcerá su rumbo.  8 Ninguno estrechará a su compañero, cada uno irá por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán.  9 Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones. 10 Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.  11 Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?  Joel 2:1-11

 

Es increíble como Dios les está avisando de lo que vendrá, eso que había pasado con las langostas y con el sustento, eso mismo iba a suceder pero ahora el juicio iba directamente sobre las personas. La invasión de un pueblo destructor estaba cerca.

La misericordia de Dios se muestra de manera real y Dios les advierte es para que se arrepientan y se vuelvan a mí.

 

Dios da instrucciones precisas

 

 12 Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.  13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.

 

Dios los llama a un arrepentimiento verdadero y genuino. Y Dios le dice es que no les quiero hacer ningún mal. Enseguida Dios les da instrucciones precisas al pueblo y a los sacerdotes:

 

14 ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios?  15 Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea.   16 Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia.  17 Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?

Hasta Dios les dice como deben orar, esto mismo se aplica hoy mismo a nuestros días, a nuestra situación. Cristianos debemos volver a Dios con ayuno y oración, arrepintiéndonos de los pecados que hemos permitido en nuestra vida.

Pero Dios en su infinito amor promete restaurar lo perdido, lo dañado, eso mismo está disponible para nosotros sus hijos que le amamos y le tememos y Dios dice exactamente cómo va a responder:

 

 

    18 Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo.  19 Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones.  20 Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas.   21 Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.  22 Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.  23 Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.  24 Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.  25 Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.  26 Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.  27 Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.

 

Dios promete restituir la bendición, la lluvia siempre ha sido una señal de bendición. Dios mismo dice “si yo cerrarse los cielos para que no haya lluvia”. Lo primero que tiene que restituirse es la relación con Dios. Estas instrucciones son validas hoy en día. Sin ofrendas a Dios es imposible acercarnos a él ya que la ofrenda es un símbolo de reconocimiento a Dios, y el provee de esa bendición. Pero más que de bendiciones materiales viene con ello la bendición espiritual porque la lluvia, el vino y el aceite son también figuras de un despertamiento espiritual. Un derramamiento del Espíritu de Dios.

 

La Promesa del Espíritu Santo trae restauración

 

 28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.  29 Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.  30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.  31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.  32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.  Joel 2:28-32

 

Jesus conocía perfectamente los tiempos, y dio precisamente la orden a los discípulos que no dejaran Jerusalén porque vendría la promesa del Padre. Y cuando cayó el Espíritu Santo en un día de pentecostés este fue el pasaje que leyó Pedro y dijo que esto se había cumplido. 120 personas que representaban un pueblo pudieron humillarse y orar y clamar. Jesus sabía lo que vendría dentro de pocos años al pueblo Judío. Solo los que estaban preparados pudieron soportar estos días de destrucción del año 70 DC.

Dios no quiere que pasemos por estas calamidades de destrucción masiva, por eso nos llama a obedecer y buscarle de todo nuestro corazón. A conocer los tiempo y su palabra. Dios tiene grandes promesas de bendición, solo si hay arrepentimiento genuino y verdadero.

Yo no sé qué pasa por tu vida, pero si te puedo decir que esta oferta de Dios para tu vida es verdadera y precisa para este tiempo. Hay juicios a personas, familias, pueblos y naciones, esto llegan como un torrente de repente. Lo hemos visto en tsunamis, etc.

 

6 Las aguas de Nimrim serán consumidas, y se secará la hierba, se marchitarán los retoños, todo verdor perecerá.  7 Por tanto, las riquezas que habrán adquirido, y las que habrán reservado, las llevarán al torrente de los sauces.  8 Porque el llanto rodeó los límites de Moab; hasta Eglaim llegó su alarido, y hasta Beer-elim su clamor.   9 Y las aguas de Dimón se llenarán de sangre; porque yo traeré sobre Dimón males mayores, leones a los que escaparen de Moab, y a los sobrevivientes de la tierra. Isaías 15:6-9

 

Dios no quiere que por nuestra dureza de corazón y falta de arrepentimiento nos perdamos de estas bendiciones que él tiene preparadas.  Clamemos, oremos y ayunemos porque Dios envié de su misericordia y bendición a su pueblo. Hagamos validas las promesas al obedecer a Dios.

 

“Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado”. Joel 2:25-27

 

Oración:

Padre este día nos arrepentimos de nuestro mal proceder, no humillamos y te pedimos perdón. Perdona todos los pecados con los que te hemos fallado, aun por nuestra torpe manera de buscarte. Perdona los pecados de nuestra familia, de nuestra ciudad y nación. (Dilos por nombre).

Padre sabemos que los pecados que hemos permitido en nuestra vida traen calamidad y destrucción. Pedimos hoy perdón por esos pecados. Padre permítenos humillarnos a tal grado que entendamos tu palabra y podamos vivir por ella.

Tú prometes restituir los años consumidos por la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta. Señor tu prometes restituir la bendición que ha sido robada por esos pecados que permitimos en nuestra vida. Renunciamos a todo pecado y le cerramos la puerta al pecado. Cerramos la puerta de nuestro corazón y te pedimos misericordia.

Pedimos un derramamiento de tu Espíritu Santo en nuestras vidas, en nuestra familia, en nuestros hijos, en nuestras iglesias, comunidades, pueblos y país. Derrama de tu Espíritu Santo.

Te bendecimos en el nombre de Jesus. Amen!

 

[email protected]

 

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