Salir en defensa de Israel: Un privilegio y una bendicion

Salir en defensa de Israel: un privilegio y una bendición

Introducción:

Hay muchas razones bíblicas por las cuales nosotros como iglesia y como creyentes debemos mostrarnos solidarios con la nación de Israel y apoyar al pueblo judío. Hoy quiero hablar de algunas de esas razones bíblicas y explicarles por qué nuestra iglesia se ha unido a muchas otras para salir En defensa de Israel.

Como introducción a este mensaje, quisiera leerles lo que otros pastores colegas han dicho acerca del privilegio y el deber sagrado que para ellos es apoyar al pueblo escogido por Dios, la nación de Israel: «Nuestra iglesia pide por la paz de Jerusalén porque sabemos que los cristianos hemos sido injertados en el pueblo escogido de Dios». Las raíces de nuestra fe tienen su origen en Israel. Pedimos por la paz de Jerusalén porque Dios ama a su pueblo, y nosotros amamos a Dios y a su pueblo».

«El Salmo 122:6 dice que nos pongamos del lado de Dios y pidamos por su pueblo y lo defendamos, y que si lo hacemos seremos prosperados. A mi parecer, nos hemos olvidado de ser agradecidos por la herencia espiritual que hemos recibido de los judíos. Doy gracias a Dios por los judíos porque por medio de ellos el Mesías vino al mundo».

«Nuestra iglesia ora por Israel porque eso agrada al Padre, y eso es lo que Él nos ha pedido que hagamos. Dios prometió a Abraham que Él bendeciría a los que bendijeran a Israel y maldeciría a los que lo maldijeran. Romanos capítulo 11 nos enseña que la Iglesia fue injertada en Israel y en los pactos y que no es una entidad aparte. Por lo tanto, si oramos por Israel y lo apoyamos, estaremos bendiciendo nuestras raíces. Cuando el Mesías vuelva, será a la ciudad de Jerusalén, y entonces se hará realidad la paz verdadera. Dios prometió bendecir a los que aman a Jerusalén, y yo no quiero perderme ninguna de sus promesas».
Creo que los creyentes queremos las bendiciones de Dios en nuestras vidas y en nuestras iglesias. Así que veamos en la Biblia por qué Israel es especial para Dios y por qué si amamos a Israel y lo apoyamos estamos obedeciendo al Señor.

I. Dios, por medio de un pacto eterno, escogió a Israel para que fuera su pueblo especial.

A. Dios dijo a Abraham que saliera de Ur de los caldeos y se fuera a otra tierra. «Vete de tu tierra…, a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición» (Génesis 12:1-2).

B. Dios hizo un pacto con Abraham en el cual le daba toda la tierra de Canaán, la tierra prometida de Israel (Génesis 15:7-21).
C. Uno de los propósitos de este pacto era que de los descendientes de Abraham Dios haría una nación para bendecir al mundo por medio de ella. Esa nación es Israel la cual en realidad ha sido fuente de bendición para el mundo. Dios dijo a Abraham: «Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra» (Génesis 12:3).

Entonces, como Dios ha puesto su sello de bendición y protección sobre el pueblo de Israel, estaremos agradando a Dios si bendecimos a Israel, porque eso refleja su voluntad y su corazón. La historia nos muestra que Dios ha bendecido a las naciones que han bendecido al pueblo judío.
Por otro lado, los que han tratado de destruir a Israel y al pueblo judío — la niña del ojo de Dios (Deuteronomio 32:10) —, como el faraón, Amán (el persa), Hitler, Stalin, han sido destruidos.

II. Las grandes bendiciones de nuestra fe: el Salvador, la salvación y la Palabra de Dios, nos llegaron por medio de Israel.

A. Los cristianos tienen una deuda de gratitud eterna con el pueblo judío por las contribuciones de este para que naciera la fe cristiana. Jesús mismo dijo que «… la salvación viene de los judíos» (Juan 4:22).

B. Nosotros los creyentes gentiles fuimos «injertados» en forma de rama a la raíz, que es Israel, y se nos exhorta a no «jactarnos» contra la raíz, porque Israel es la raíz y esta da sustento a las ramas (Romanos 11:17-18).
C. La Biblia dice que de Jerusalén salió la Palabra de Dios (Isaías 2:3).
D. Dios determinó que Israel fuera luz para los gentiles «para que seas mi salvación hasta lo último de la tierra» (Isaías 49:6).
E. Jesús fue hijo de Israel que nació, se crió y vivió como judío (Lucas 1:58-59).

Por estas razones debemos estar eternamente agradecidos con Israel y el pueblo judío, y por las bendiciones que tenemos al haber sido injertados en esa rica raíz espiritual.
III. La bendición y el reino futuros del Mesías tendrán su centro en Israel y Jerusalén

A. Llegará el día cuando el Mesías vuelva y el templo será reedificado en Jerusalén. En Ezequiel 40- 48 se describe la adoración y el sacrificio futuros que se harán en Israel.
B. Jerusalén será otra vez el centro de la Tierra y la ciudad más bendecida. En la Biblia hay muchas promesas y profecías acerca de la bendición futura de Jerusalén. Por ejemplo: «Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras de su alrededor» (Ezequiel 5:5). «… [Jerusalén] el gozo de toda la tierra» (Salmo 48:2). «Por cierto, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel» (Salmo 121:4). «Te levantarás y tendrás misericordia de Sión, porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el
plazo ha llegado» (Salmo 102:3).

«Celé con gran celo a Jerusalén y a Sión… Por tanto…: Me vuelvo a Jerusalén con misericordia…; aún consolará Jehová a Sión y aún escogerá a Jerusalén» (Zacarías 1:14,16-17).
«Así dice Jehová: “Yo he restaurado a Sión y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén se llamará ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, monte de Santidad”. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: “Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con un bastón en la mano por lo avanzado de su edad. Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas”» (Zacarías 8:3-5).

Como Dios establecerá su futuro reino en Israel y el trono del Mesías estará en Jerusalén, sería prudente de nuestra parte que apoyemos al pueblo escogido de Dios y busquemos ser bendecidos, para que tengamos parte en sus planes y propósitos futuros.

IV. Se nos manda bendecir a Israel y compartir nuestras bendiciones con el pueblo judío.

A. La Biblia dice: «Pedid por la paz de Jerusalén; ¡sean prosperados los que te aman! ¡Sea la paz dentro de tus muros y el descanso dentro de tus palacios! Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: “¡La paz sea contigo!” Por amor a la casa de Jehová, nuestro Dios, buscaré tu bien».
B. Pablo exhorta a los creyentes a compartir las bendiciones materiales con el pueblo judío en agradecimiento por las bendiciones espirituales que vienen de estos. «… porque si los gentiles han sido hechos partícipes de sus bienes espirituales, deben también ellos ayudarlos con bienes materiales».
C. Dios manda a sus hijos: «¡Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia» a favor de Israel (Jeremías 51:12).
D. Podemos también bendecir a los judíos necesitados en Israel y en todo el mundo orando por ellos y colaborando con los ministerios siguientes:

1. Ayudar a los judíos a emigrar a Israel, de acuerdo a la profecía bíblica en cuanto a reunir a los desterrados de Israel:

«He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones y a los pueblos levantaré mi bandera; traerán en brazos a tus hijos y tus hijas serán traídas en hombros» (Isaías 49:22). «No obstante, vienen días, dice Jehová, en que no se dirá más…, sino: «¡Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte…”. Pues yo los volveré a su tierra, la cual di a sus padres» (Jeremías 16:14-15). «… juntará los desterrados de Israel y desde los cuatro confines de la tierra reunirá a los esparcidos de Judá» (Isaías 11:12).

2. Socorrer a los judíos indigentes (ancianos, huérfanos, familias) quienes tienen grandes necesidades materiales y económicas y sufren antisemitismo en la antigua Unión Soviética y en muchos otros países deprimidos. La Biblia nos dice:
«¿No es que compartas tu pan con el hambriento, que a los pobres errantes albergues en casa, que cuando veas al desnudo lo cubras y que no te escondas de tu hermano?» (Isaías 58:7).
«… pero vosotros…, delante de vuestros hermanos, y los ayudaréis… hasta tanto Jehová les haya dado reposo igual que a vosotros» (Josué 1:14-15).

«Cuando haya algún pobre entre tus hermanos…, le abrirás tu mano liberalmente y le prestarás lo que en efecto necesite… Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des, porque por ello te bendecirá Jehová, tu Dios, en todas tus obras y en todo lo que emprendas»
(Deuteronomio 15:7-8,10).
«Si tienes poder para hacer el bien, no te rehúses a hacérselo a quien lo necesite; no digas a tu prójimo: «Vete, vuelve de nuevo, mañana te daré», cuando tengas contigo qué darle» (Proverbios
3:27-28).

Conclusión:
La Palabra de Dios promete ricas bendiciones y gozo abundante para los cristianos que se toman en serio el privilegio y la responsabilidad de estar del lado de sus hermanos judíos para apoyarlos e identificarse con ellos. La Biblia dice: «¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía!» (Salmo 133:1).

Bendición final (con pronunciación en hebreo): Números 6:24-26

24Yi-varech-cha Adonai ve-yishmareh-cha. (Jehová te bendiga y te guarde.) 25Ya-er Adonai et panav eleh-cha ve-yachoon-cha. (Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia;) 26Yisa Adonai panav eleh-cha ve-yasem-lecha shalom. (Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.)

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