SALMO 119. L. FIDELIDAD

Tu palabra, Señor, es eterna,
más estable que el cielo;
tu fidelidad, por generaciones,
afianzaste la tierra y está firme:
por tu disposición se mantienen hasta hoy,
pues todo está a tu servicio.
Si tu voluntad no fuera mi delicia,
habría perecido en mi aflicción.
Jamás olvidaré tus decretos,
pues con ellos me vivificas.
Tuyo soy, sálvame,
que busco tus normas.
Me acechan los malvados para perderme,
pero yo medito en tus preceptos.
He visto límites en todo lo perfecto,
pero ¡Qué inmenso es tu mandato!


Para mí la palabra clave en la que he meditado es fidelidad. Me acerco al diccionario para ver el sentido original del término, para asegurarme que mi idea no es cultural y moldeada por la creencia popular. Encuentro que fidelidad y lealtad son sinónimos, alguien fiel es alguien leal. La propia palabra tiene una connotación de algo estable, permanente, continuada, no alterado.

El poeta afirma que Dios es fiel y, lo que es más importante, me es fiel, me es leal. Además, como buen poeta, necesita crear imágenes que destaquen y refuercen ese sentido de fidelidad y lealtad y usa para ello el cielo y la tierra ¿Hay algo que refleje más ese sentido de continuidad, estabilidad y permanencia?

Lo que el escritor viene a decir es que el compromiso de Dios hacia mí como ser humano es tan sólido, estable, invariable, permanente, continuado, como lo son los cielos y la tierra. Supongo que el autor se ve necesitado de hacer este refuerzo debido al carácter variable y mudable de nuestra fidelidad y lealtad. Dios no es así.

Un principio

Tan estable como el cielo es la fidelidad de Dios, tan sólida como la tierra.

Una oración

Por el conocimiento de las buenas noticias en Serbia y Montenegro.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.