SALMO 150. RECONOCIMIENTO

¡Aleluya!
Reconoced al Señor en su templo,
reconocedlo en su augusto firmamento-
Reconocedlo por sus mágnificas proezas,
reconocedlo por su inmensa grandeza.

Reconocedlo al son de trompetas,
reconocedlo con árpas y cítaras.
Reconocedlo con tambores y danzas.
reconocedlo con cuerdas y flautas.
Reconocedlo con címbalos sonoros,
reconocedlo con címbalos vibrantes.

¡Todo ser que alienta reconozca al Señor1
¡Aleluya!

He llegado al final del libro de los salmos. Ha sido un buen viaje en el que he disfrutado y he aprendido. Conozco mejor a Dios, pero sobre todo, me conozco mucho mejor a mí mismo, mi interior, mis luchas, mis anhelos, mis contradicciones, mis necesidades. He aprendido también a entender y mejorar el modo en que me comunico con el Señor y toda la gama de emociones, estados interiores y angustias que puedo compartir con Él.


Un principio

Seguimos aprendiendo.


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