SI NO HUBIERA SIDO POR…

Permítanme imaginar este monólogo… David, viendo su imperio ya en paz, observando sus ejércitos de valientes, disfrutando sus momentos de tranquilidad después de haber unido los dos reinos en uno solo… recordando sus tiempos de pastor de ovejas, la persecución de Saúl por los ingratos celos, pero recordando algo mucho más importante… Su amistad con Jonatán. Jonatán y él habían sido íntimos amigos. En vida de Jonatán habían hecho un trato: Cuando tú seas rey, mi querido David, y tus enemigos ya no estén, acuérdate de mi familia y haz algo por ellos… Ese recuerdo estaba presente en la mente y el corazón de este noble rey de Israel. Él sabía que si no hubiera sido por Jonatán que le salvó la vida aquella vez que lo ayudó a huir de la cólera de su padre Saúl, él no estaría en estos momentos gobernando las doce Tribus de Israel. Y gozando del Favor inmerecido del Dios que lo levantó a ese nivel…
Buen comienzo de un reinado, ¿no le parece? Me vienen a la mente estos pensamientos porque también nosotros debiéramos tener momentos de autoexamen hacia aquellas personas que influenciaron nuestras vidas. Debiéramos, como David, analizar gracias a quién estamos hoy donde estamos. Por ejemplo: Si no hubiera sido por la esposa que Dios me dio, no tendría salud. Ella me cuida y se esmera porque yo coma bien, tome mis pastillas a su tiempo, duerma lo suficiente. Y esto me lleva a otros lugares y otras personas… Si no hubiera sido por mi pastor Vlady que creyó en mi llamado, hoy no sería el pastor de una preciosa congregación. Si no hubiera sido por mi madre que me soportó nueve meses en su vientre y me alimentó con su leche, quizá hoy no estaría vivo. Si no hubiera sido por los amigos que he conocido en mi caminar diario en este país, nunca hubiera logrado ser quien soy… si no hubiera sido por los Capellanes de la PNC que creyeron en mí hoy no sería el predicador para los oficiales. Si no hubiera sido por todos aquellos que comparten con nosotros sus finanzas quizá no habría pan en mi mesa. Si no hubiera sido por el amor que nos brindan aquellos que se esmeran por nosotros, estaríamos solos. Si no hubiera sido porque usted encontró mi blog, no habría quien leyera mis escritos… Si no hubiera sido por los pastores que me incluyeron en sus programas, quizá nunca hubiera predicado un cinco de diciembre del dos mil ocho ante treintidos mil personas…Si no hubiera sido por mis nietas que me aman, yo no sería el abuelo que ellas han transformado…
Por eso, esa tarde o esa noche en que David pensó todo esto de su amigo Jonatán, nunca hubiera hecho la famosa pregunta: ¿Hay alguien de la familia de Jonatán a quien yo pueda bendecir? ¡Y apareció Mefiboset! Y, aunque Siba, el criado le advierte que es un tullido, David no opina lo mismo. Siba, yo no pregunté por la salud, yo no pregunté si es letrado o no, yo no pregunté si tiene dinero o no, yo pregunté si queda un hijo… Lo que David tiene en mente es cumplir aquel viejo trato hecho con su amigo del alma… hacer algo por su familia. Y lo manda traer. Tullido o no, Mefiboset comerá conmigo. Quizá en el palacio la flor y nata se extrañen de ver a un lisiado comiendo a mi mesa, pero nunca podré olvidar que, si no hubiera sido por su padre… yo no sería rey…
Hermosa lección, ¿no le parece? ¡Digna de imitarla! Por eso, mis queridos lectores, es un buen momento para pensar… Si no hubiera sido por Jesús, yo y muchos más iríamos directo al infierno… Pero también hay gentes a nuestro alrededor que han hecho cosas muy hermosas a nuestro favor. No lo olvidemos y seamos agradecidos… con Dios y con ellos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
|

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.