SI NO TE LAVO LOS PIES…

¿Qué significa realmente esta frase dicha por nuestro Maestro Jesús? Significa algo que muchos de nosotros, al igual que el famoso Pedro, se negaba a aceptar… Estamos en la cena pascual, la noche que Jesús va a ser entregado por Judas. Están listos para empezar a cenar cuando el Maestro se levanta, se ciñe un delantal, toma una palangana con agua y empieza a lavarle los pies a sus discípulos. Uno por uno, asombrados, sienten las tiernas y amorosas Manos de Jesús lavándoles el polvo que sus pies han recogido por el camino. Nadie dice nada. Solo se dejan adormecer por el ruido del agua cuando cae quitando las impurezas de sus cansados pies… Observan el agua sucia y llena de impurezas que caen en el trasto…Nadie habla, hasta que le toca el turno a Pedro… Y es en este momento que se nos revela algo que muchos de nosotros nos negamos a aceptar: Que Jesús nos lave el corazón. Increiblemente aún hoy existimos muchos que estamos en las congregaciones cristianas y continuamos con esa negación a aceptar que Jesús nos limpie. Mantenemos nuestro propio protocolo. No dejamos que Su Palabra penetre como jabón y nos haga ver el agua sucia que debiera salir de nuestras almas. Preferimos mantener en lo más ímtimo de nuestro ser el polvo del camino… los rencores que recogimos en nuestro andar, los egoísmos, las intrigas, murmuraciones, envidias y muchas cosas a cuales más feas… ¡Ah! Pero cantamos, diezmamos, ofrendamos y saludamos a nuestros hermanos… Pero Jesús dice algo muy lapidante: Si no te lavo los pies, no tendrás parte conmigo… La sola lectura de estas líneas nos debieran poner la carne de gallina. ¿Quiere decir entonces que, aunque me vuelva parte del inventario de la Iglesia, si no me dejo limpiar por la Palabra, no tendré un lugar con Jesús? Pués si entiendo bien el español, creo que eso es lo que está diciendo Jesús… Bien… Pedro le replica: Entonces, báñame. Pero Jesús le responde: el que se ha bañado no necesita limpiarse, pues está limpio, excepto los pies. Meditemos un momento… ¿Ya está usted limpio del pecado original? ¡Si!. ¿Ya está usted inscrito en el Libro de la Vida por el sacrificio de Cristo en la cruz? ¡Si! ¿Ya ha sido usted tomado como hijo de Dios? ¡Si! ¿Ya ha sido usted limpiado de la condenación del pecado? ¡Si!… ¿Se ensucia usted el corazón por el polvo del camino? ¡Si! ¿Necesita que le laven los pies entonces? Dejo la respuesta a usted mismo… Por mi parte, necesito que mi Maestro me lave con Su Palabra todos los días las suciedades que recojo en mi caminar diario… Son las cosas que no busco, pero que están allí, y me persiguen, se me pegan y es necesario que Él las quite con su Jabón Celestial…Porque deseo tener un lugar junto a Jesús.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.