Hace unos años mi vida estaba llena de rencores, de amarguras, pues además de mis problemas con el homosexualismo, por falta de recursos estaba estudiando una carrera que no me gustaba y era muy frustrante para mi tener que despertarme maldiciendo todos los días.
Me levantaba temprano (inclusive los sábados) para ir a un lugar en el que no quería estar, al despertar en lugar de dar gracias a Dios siempre renegaba y maldecía y esa fue la historia de mi vida por muchos años.
Al estar finalizando la carrera, tuve que hacer una práctica y entre las posibles prácticas elegí una práctica educativa, pues era la que menos relación tenía con la carrera. Era una práctica dando clases de informática a un grupo de personas del campo que habían llegado a la capital desplazados por la violencia, sé que en ese tiempo el Señor me empezó a tocar y me di cuenta que habían muchas personas con problemas mayores a los que yo podría estar enfrentando. Algo curioso en ese tiempo fue que a pesar que nunca antes había trabajando en enseñanza, me di cuenta que tenia aptitudes para enseñar, pues desde el primer día todo salió bien.
Luego pasó el tiempo, me gradué y fue difícil conseguir un empleo que llenara mis expectativas, pues si la carrera no me gustaba, mucho menos me gustaba trabajar en ella. Por cosas de Dios, inicié como profesor en una universidad pública que está muy cerca a mi casa (actualmente sigo trabajando allí) y corroboré mis aptitudes para enseñar. Años después entré a otra institución educativa técnica (también trabajo allí en la actualidad) donde la mayoría de los estudiantes son personas de escasos recursos y por cosas de Dios hace dos años nos exigieron realizar un curso para poder trabajar como tutores virtuales y en eso he estado trabajando desde el año pasado, brindando enseñanza virtual. Fue precisamente el año pasado que el Señor se apiadó de mí y gracias a mi permanencia en el Internet pude conocer Libres en Cristo, realicé el curso Puerta de Esperanza y luego el curso para ser Mentor. Ahora veo que con todos esos problemas y situaciones el Señor me estaba preparando para ejercer la labor como Mentor.
Hoy en día, tengo dos empleos y además soy Mentor en LEC, pero la labor como mentor es algo que no tiene precio, es una labor muy gratificante, mucho más que cualquier dinero, que cualquier bien material, ser mentor me ha hecho crecer como ser humano, como cristiano, me ha hecho acercarme más a Dios, orar más, conocerlo más, alabarlo más, amarlo más. Ahora que tengo al Señor en mi corazón, por más dificultades y problemas que pueda tener, siempre me despierto agradecido, con gozo y en oración pues es un día más que me regala Dios para avanzar en el camino, para superarme, para mejorar. Hasta el momento ha sido lo mejor que he hecho en mi vida, es algo que me motiva a seguir en el camino y al servicio del Señor.
El poder ayudar a otros que están pasando por los problemas que yo pasé y conocer gente que ha pasado por situaciones mucho peores que las que viví me ha hecho dejar mi arrogancia, mi orgullo, ahora soy una persona humilde, amable, servicial, no hay día en que yo no le pida perdón al Señor por haber sido tan orgulloso, por haberme alejado de Él por situaciones que viéndolas ahora son mínimas comparadas a los problemas que han tenido muchos de mis estudiantes, como abuso, maltrato, etc. El Señor ha sido maravilloso conmigo, nunca tendré como agradecerle todo lo que ha hecho por mí.
Doy gracias al Señor por las situaciones difíciles por las que pasé, ahora veo que todo tenía un propósito. Nunca pensé que las armas que usó el enemigo para tenerme atado, prisionero, serían las mismas armas que el Señor usaría para darme la libertad y la victoria y que esas mismas armas serían las que el Señor me daría para ayudar a otros.
Marco
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